miércoles, 30 de abril de 2008

VOLUSPA



CEDIDO POR TIKI


Escuchando pregunto a las razas sagradas,
a los hijos de Heimdall, de lo alto y de lo profundo;
tu deseo, padre Val, de que bien relate
las viejas historias que recuerdo de los hombres antiguos.

Todavía recuerdo los gigantes de antaño,
que me dieron el pan en días ya pasados;
nueve mundos conocí, los nueve en el árbol
de poderosas raíces en la tierra.

Antigua fue la edad en la que Ymir vivía;
no había ni mar, ni frescas olas, ni arena,
la tierra no era, ni los cielos en lo alto,
sólo un claro abierto, sin hierbas, en ningún lugar.

Más tarde los hijos de Bur elevaron el nivel del suelo,
a la poderosa Midgard allí crearon;
el Sol desde el Sur calentó las piedras de la tierra,
y verde fue el suelo, cubierto de hierbas crecientes.

El Sol, la hermana de la Luna, desde el Sur,
extiende su mano derecha desde el borde del cielo;
ella no sabía cuál era su poder,
las estrellas no sabían dónde estaban sus estaciones.

Entonces ocuparon los Dioses sus sitios en la Asamblea,
los Sagrados mantuvieron consejo;
nombraron a la mañana, y a la Luna menguante,
entonces dieron nombres al atardecer y al crepúsculo,
a la noche y al amanecer, para enumerar los años.

En Idavöll se reunieron los Dioses poderosos,
altares y templos elevaron en madera;
prepararon las fraguas y trabajaron el mineral,
hicieron tenazas y forjaron herramientas.

En sus hogares, en paz, jugaban sobre mesas,
sin falta de oro vivían los Dioses,
hasta que en ese momento legaron desde Jötunheim
tres gigantes doncellas, de enorme poder.

Entonces ocuparon los Dioses sus sitios en la Asamblea,
los Sagrados mantuvieron consejo
para decidir quién debía crear la raza de los trolls,
con la sangre de Brimir y las piernas de Blain.

Entonces desde la multitud se adelantaron tres
de la casa de los Dioses, poderosos y graciosos,
dos, sin destino en la tierra que cimentaron,
Ask y Embla, vacíos de poder.

Carecían de alma, carecían de sentido común,
no tenían calor ni matiz divino;
alma les dio Odín; sentido les dio Höenir,
calor les dio Lodur, y matiz divino.

Y conozco el fresno, Yggdrasill es su nombre,
con agua blanca el gran árbol ha sido mojado;
entonces llega el rocío que cae en los valles,
verde por el manantial de Urd crecerá por siempre.

Entonces llagaron las tres doncellas, poderosas en sabiduría,
desde la morada bajo el árbol;
una llamada Urd, la otra Verdandi,
grabaron en madera, y Skuld la tercera.
Las leyes allí dictaron, y a la vista aseguraron
a los hijos de los Hombres, estableciendo su destino.

Recuerdo la primera guerra en el mundo,
cuando los Dioses con lanzas mataron a Gullveig.
Y cuando en el Salón de Har, ella fue quemada,
tres veces quemada, y tres veces nacida,
una y otra vez, y aún sigue con vida.

Heid fue llamada la que buscó su hogar,
la hechicera de amplia visión, de mágica sabiduría;
las mentes encantadas eran movidas por su magia,
y era la alegría de las mujeres perversas.

Sobre el huésped, su lanza arrojó Odín,
entonces comenzó la primera guerra del mundo,
la pared que cercaba a los Dioses se rompió,
y las paredes fueron holladas por los belicosos Vanir.

Entonces ocuparon los Dioses sus sitios en la Asamblea,
los Sagrados mantuvieron consejo,
acerca de si a los Dioses deberían dar tributo,
o si a todos les correspondía el mismo culto.

Entonces ocuparon los Dioses sus sitios en la Asamblea,
los Sagrados mantuvieron consejo,
para encontrar al que con veneno había llenado el aire,
o había dado la prometida de Od a la raza de los gigantes.

Con furia creciente se levantó Thor,
rara vez se sienta al escuchar tales cosas,
y el pacto fue roto, como las palabras y los lazos
y la promesa poderosa hecha entre ellos.

Yo sé del cuerno de Heimdall, oculto
bajo el gran árbol sagrado;
de él fluye, por la promesa del Padre Val,
un poderoso arroyo. ¿Podrías saber aún más?

Sólo me hallaba sentado cuando el Anciano me encontró,
el terror de los Dioses, miró a mis ojos;
“¿Qué tienes que preguntar? ¿A qué has venido?”
“Odín, yo sé dónde se encuentra tu ojo.”

Yo sé dónde está oculto el ojo de Odín,
en lo profundo del famoso manantial de Mimir;
hidromiel de la prenda de Odín, cada mañana
bebe Mimir. ¿Podrías saber aún más?

Brazaletes tenía, y anillos del Padre Heer,
sabio era mi discurso y mi sabiduría mágica;
de lejos contemplaba todos los mundos.

Por todas partes yo vi la Asamblea de Valkyrias,
prestas a cabalgar hacia la fila de los Dioses.
Skuld lleva el escudo, y Skögul cabalga detrás,
Gud, Hild, Gondul y Geirskögul.
De las doncellas de Herjan la lista has escuchado,
la Valkyrias prontas a cabalgar alrededor de la tierra.

Yo vi a Balder, el Dios sangrante,
establecer los destinos de los hijos de Odín,
famosos y bellos en los excelsos campos
cubiertos de muérdago creciendo con firmeza.

De la rama que parecía tan esbelta y bella,
surgió un dardo maligno que Hodur podía arrojar;
pero pronto nació el hermano de Balder
y ya hace mucho tiempo luchó contra el hijo de Odín.

Sus manos no lavó, sus cabellos no peinó,
hasta encender la pira llameante del enemigo de Balder,
pero en Fensalir lloró su pena Frigg.
A causa de la necesidad de Valhall. ¿Podrías saber aún más?

Cierta vez yo vi en los límites de los húmedos bosques,
a un amante del mal, similar a Loki;
a su lado, Sigyn se sienta, no muy feliz
de ver a su compañero. ¿Podrías saber aún más?

Desde el Este, vierte a través de Valles venenosos
con espadas y dagas el río Slid.

Hacia el Norte un salón de oro allí se eleva,
en Nidavellir, para la raza de Sindri,
y en Okolnir existe otro,
donde el gigante Brimir tenía su salón de cerveza.

Yo vi un salón, lejos del Sol,
sus puertas miran al Norte y se encuentra en Naströnd;
gotas de veneno son vertidas a través de la salida de humo,
alrededor de sus paredes se enroscan serpientes.

Yo vi allí atacar a través de salvajes ríos,
a hombres tramposos y también a los asesinos,
a los hacedores de mal con las mujeres de los hombres;
allí, Nidhögg sorbía la sangre de los muertos,
y los lobos devoraban a los hombres. ¿Podrías saber aún más?

La vieja gigante sentada,
hacia el Este, y sostiene a la raza de Fenrir;
entre ellos bajo apariencia de monstruo
pronto robaría el Sol del cielo.

Allí se alimenta hasta saciarse de la carne de los muertos,
y la morada de los Dioses, se enrojece con sangre;
se oscurece el Sol y pronto con el verano
llegan las poderosas tormentas. ¿Podrías saber aún más?

Sobre una colina se sentaba y tañía su arpa
Eggther, el alegre, guarda de los gigantes;
sobre él, cantaba el gallo en el bosque de pájaros,
hermoso y rojo, se erguía Fjalar.

Entonces Gollinkambi, cantó a los Dioses,
despertando a los héroes en el Salón de Odín;
y bajo la tierra hay otro que canta,
en la barra de Hel, un pájaro rojo como herrumbre.

Ahora aúlla con fuerza Garm ante Gnipahellir,
las cadenas se romperán y lo lobos correrán libres;
muchas cosas yo sé, y más puedo ver
del destino de los Dioses, los poderosos en Batalla.

Los hermanos lucharán y se derribarán unos a otros,
y los hijos de hermanos mancillarán en parentesco;
difícil será la tierra, con gran promiscuidad;
tiempo de Segur, tiempo de espadas, los escudos se romperán,
Era del Viento, Era del Lobo, antes que caigan las espadas;
los hombres se compadecerán unos a otros.

Rápido se mueven los hijos de Mimir, y el destino
se escucha en la nota de Gjallarhorn.
Heimdall fuerte sopla el cuerno en lo alto,
con temor tiemblan todos los que están en el camino de Hel.

Yggdrasill se sacude, y tiemblan en lo alto
las antiguas ramas, y el gigante está suelto.
Odín cuida la cabeza de Mimir,
pero el pariente de Surtr pronto lo matará.

¿Qué sucederá a los Dioses? ¿Qué sucederá a los duendes?
Todo Jötunheim gime, los Dioses mantienen consejo;
con fuerza rugen los gnomos junto a las puertas de piedra,
los señores de la piedra. ¿Podrías saber aún más?

Ahora aúlla con fuerza Garm ante Gnipahellir,
las cadenas se romperán y lo lobos correrán libres;
muchas cosas yo sé, y más puedo ver
del destino de los Dioses, los poderosos en Batalla.

Del este viene Hryn con el escudo en lo alto;
con gran ira se retuerce la Serpiente;
sobre las olas se enrosca y el águila aleonada
corroe cadáveres, gritando; Naglfar está suelto.

Por el mar desde el Norte navega el barco,
con el pueblo de Hel, en el timón está Loki;
tras el Lobo siguen los hombres salvajes;
y con ellos el hermano de Byelist va.

Viene del Sur con el azote de ramas,
el Sol de los Dioses que batallan muestra su espada;
los peñascos se rompen, las mujeres gigantes se hunden,
los muertos se amontonan en el camino de Hel, y el cielo se abre.

Ahora viene Hlin, otro herido más,
cuando Odín avanza a luchar con el Lobo,
y el hermoso matador de Beli busca a Surtr,
pues allí deberá caer la alegría de Frigg.
Entonces viene el poderoso hijo del Padre Sig.,
Vidar, a luchar con el Lobo que echa espuma,
hasta el corazón: el Padre ha sido vengado.

Entonces llega el hijo de Hlödyn,
la brillante Serpiente que boquea mirando al cielo;
contra la Serpiente avanza el hijo de Odín.

Con furia golpea el guardián de la Tierra,
de sus casas deben huir los Hombres,
avanza nueve pasos el hijo de Fjörgyn
y, temerario, se hunde muerto por la Serpiente.

El Sol se oscurece, la tierra se hunde en el mar,
las ardientes estrellas caen, desde el cielo son arrojadas,
sube violento el humo y la llama que alimenta la vida
hasta que el fuego sube a lo alto, hasta el mismo cielo.

Ahora aúlla con fuerza Garm ante Gnipahellir,
las cadenas se romperán y lo lobos correrán libres;
muchas cosas yo sé, y más puedo ver
del destino de los Dioses, los poderosos en Batalla.

Ahora veo que surge la nueva Tierra,
otra vez de las olas, completamente verde,
sus cataratas caen, y las águilas vuelan,
y atrapan peces bajo los acantilados.

Los Dioses en Idavöll se reúnen,
hablan del terrible cerco que rodea la Tierra,
y recuerdan el pasado poderoso,
y las antiguas runas del que rige a los Dioses.

La maravillosa belleza, una vez más;
se elevan las doradas mesas entre las hierbas,
lo que los Dioses poseyeron en los días de antaño.

Los campos aún sin segar, contienen frutos maduros.
Todos los males mejoran, y vuelve Balder.
Balder y Hodur habitan en el Salón de Batalla de Hropt,
y los poderosos Dioses. ¿Podrías saber aún más?

Entonces obtiene Hönir la vara profética,
y los hijos de los hermanos de Tveggi habitan ahora
en Vindheim. ¿Podrías saber aún más?

Más hermosa que el Sol veo una sala,
que en Gimlé está, techada de oro,
allí los justos gobernadores habitan,
y por siempre el gozo allí tendrán.

Allí, en lo alto, manteniendo todo el poder,
un poderoso señor gobierna todas las tierras.

Desde abajo del dragón, surge la oscuridad,
volando Nidhogg desde Nidafjöel,
los cuerpos de los Hombres en sus alas sostiene,
la brillante serpiente: pero ahora debo sumergirme.