domingo, 16 de marzo de 2008

La areté en los vikingos


“ A furore Normannarum libera nos Domine ”

(Libéranos señor del furor de los nórdicos)



“¿Hay hombre vivo, rey o príncipe, en tierra o agua, tan osado como nosotros?

Nadie se atreve a enfrentarse a nosotros espada contra espada. Tengamos la razón o estemos equivocados, todos ceden ante nosotros, labrador y mercader, jinete y barco.”

(Ivar el “Sin - Hueso”) [1]

La areté (en griego αρετή) es uno de los conceptos cruciales de la ética y la política de la Grecia clásica; sin embargo, resulta difícil precisar con exactitud su sentido. En su forma más elemental, la areté es la "excelencia" o "perfección"; la raíz etimológica del término es la misma que la de αριστος (aristós, "mejor"), que designa el cumplimiento acabado del propósito o función.

En la Grecia antigua podía hablarse indistintamente de la areté de un soldado, de un toro o de un navío —aunque su uso para los objetos inanimados es raro. Sin embargo, desde la época arcaica estuvo vinculado especialmente a la posesión de las virtudes viriles, en especial la valentía y la destreza en el combate. Con este sentido se conserva en las obras de Hesíodo y Homero; cuando en la Ilíada Agamenón alaba a Penélope, lo hace en atención a la cooperación de ésta con los propósitos de Ulises.

Hacia la época clásica —sobre todos los siglos V y IV adC— el significado de areté se aproximó a lo que hoy se considera virtud en general, incluyendo rasgos como la μεγαλοψυχια (megalopsyjía, "magnanimidad"), la σοφροσυνη (sofrosyne, "templanza") o la δικαιοσυνη (dikaiosyne, "justicia").

La adquisición de la areté era el eje de la educación (παιδεια, paideia) del joven griego para convertirse en un hombre. Huellas de la concepción más restringida de la era arcaica se pueden ver en el énfasis puesto en la disciplina y dominio del cuerpo mediante la gimnasia, una de las actividades principales, y la lucha, pero una formación acabada incluía también las artes de la oratoria, la música y —eventualmente— la filosofía.

Si bien la posesión de la areté seguía por lo general restringida a los varones de la nobleza —llamados por lo general αριστοι, aristoi, "los buenos"—, a quienes estaba reservada la concurrencia a los gymnasia, el análisis de los filósofos elaboró una sofisticada teoría de las facultades espirituales. Tanto Platón como Aristóteles harían de la areté uno de los conceptos centrales de su doctrina ética.


Hemos rastreado hasta el momento parte de aquella cultura y sus mitos, que cimientan nuestro preciado concepto de la areté misma. Finalmente llegamos a una de las aretés más importantes para la reconstrucción de los valores tribales, debido a: Primero, el hecho de que la cultura vikinga haya sido aislada geográficamente de Europa, además, por el rudo clima y gélidas aguas. Estos factores hicieron depositarios a los vikingos del legado cultural antiguo germano, no mancillado hasta la edad media por el cristianismo, ni permeado por las influencias romanas. En segundo lugar, la mitología nórdica es un conjunto de narraciones cargadas de valores netamente guerreros; además, es una mitología que se instaura en la cultura de forma libre, no hay cultos serviles a los dioses. Los nórdicos no adoraban a sus dioses por que les temiesen o se sintieran pobres frente a sus atributos divinos, sino que los consideraban modelos de imitación, pues eran sus más remotos ancestros vía sanguínea. Otra ventaja de la cultura nórdica es que no se considera elegida por sus dioses, ni tampoco inferior a las demás. Nunca pregonaron su culto a los pueblos conquistados por imposición o ufanación de su orgullo religioso. Tampoco querían redimir de la “barbarie” a los extranjeros o tenerlos bajo una unidad homogénea como la Roma Imperial. Los vikingos profesaban una cultura muy apegada a la imitación de lo observado en la naturaleza, solo deseaban sobrevivir y para nada necesitaban adoctrinar de forma alguna a otros pueblos. Los vikingos solo tomaban de otros pueblos en la guerra lo necesario, no se asentaban con el ánimo de gobernar a nadie que no fuese de los suyos, solo reclamaban para sí tributo y botín. Los argumentos anteriores apuntan a una valerosa cultura que para sentirse grande no necesitaba imponerse a las demás ni cambiar su forma de vida, su visión propia del mundo les infundía respeto por todo lo viviente, incluso hasta por sus enemigos.

El poder de los vikingos se basó solo en la espada, y ésta como herramienta de forjar riquezas materiales y logros heroicos - personales generalmente -. El combate en el Vikingo tenía no solo el fin de obtener bienes, sino entretención. Sabían - al igual que los héroes homéricos - que la vida era azarosa y pasajera, lo que importaba en realidad era llevar una vida venturosa.



El Mito nórdico y la palabra

Las narraciones vikingas comprenden una serie de mitos y leyendas insertas en una cosmovisión sencilla, pues sonhistorias no muy extensas y su temática es de fácil rastreo. Empero, no es de ésta manera que enunciamos, pretender que es una pobreza literaria lo que nos deja el legado vikingo. Los mitos del norte obedecen a una mentalidad alegre y también a un carácter hermético. Lo anterior es deducible del hecho, de que sus mitos son una forma festiva de ver el mundo. Pero también esa visión esta cargada de figuras enigmáticas destinadas a la comprensión de los más sabios. La mitología nórdica es festiva por que fue transmitida por la palabra no solo de los ancianos, sino por que era el evento reluciente de las festividades [2] . Los nórdicos ven en el acto de relatar una forma de vida, sus momentos de ocio son penetrados mayoritariamente por la narración y esta por el mito. Para los vikingos, no bastaba ser bueno en la guerra y los negocios para ser valorado como un gran hombre, era indispensable tener dotes musicales y poéticos. El auténtico hombre vikingo debía ser bueno no en algo específico sino que entre más oficios dominara, más valiosa era su reputación. Sobre este tema de la narración vikinga volveremos después e hacer una breve alusión a quienes eran estos personajes.

Los vikingos, un estilo de vida

Decimos que ser vikingo es un estilo de vida, por que el vocablo “Viking” es un verbo derivado de “Vig” que traduce posiblemente Fiordo o bahía. Ergo, Viking significa salir del puerto en el fiordo o canal para echarse a la mar en pro de rapiña o conquista, también en viaje de exploración riesgosa a zonas lejanas.

Dice Robert Wernick “Todo vikingo es del norte, pero no todo nórdico es necesariamente un vikingo”. [3] Lo anterior, debido a que gran parte de la población era campesina y otra parte era negociante. Sólo salía de “Viking” o piratería, los hombres que tenían dinero para tener buenas armas y asegurar su sitio en un bote, fuera de que debía ser bueno en combate, muchos de estos hombres solo eran vikingos en verano, pues en las otras estaciones se dedicaban a cultivar y a los quehaceres domésticos, muchos incluso eran herreros, orfebres, pescadores, etc. - no eran escasos los vikingos que desempeñaban toso estos oficios según la necesidad, pues eran bastante recursivos. El vikingo no es un ladrón vulgar, pues no necesita de la piratería para vivir. El irse de Viking representaba para un hombre nórdico, el probarse como valeroso fuera de que por ello recolectaba botín con el cual llevar una vida de lujos: Pieles para el invierno, metales preciosos, espadas de mejor acero, nuevos esclavos, vinos dulces de zonas más cálidas. Además, conocían las costumbres de otros pueblos y gozaban escuchando los relatos de los foráneos. Era frecuente que los vikingos mataran a los cautivos que no contasen una buena historia durante sus banquetes. Valga señalar que los vikingos no tenían interés en acumular riquezas en forma progresiva, solo les interesaba una vida lujosa para sí mismos, casi nunca heredaban a sus hijos la mayoría del patrimonio obtenido en los saqueos, pues los forzaban a que hicieran fortuna por su propia mano. Era frecuente que los vikingos agotaran sus riquezas en las fiestas y banquetes, fuera de que regalaban lo mejor de sus pertenencias a sus amigos más leales y mujeres. El único modo de mantenerse rico era haciendo la guerra constantemente. Acumular riquezas y dedicarse al lujo era síntoma de cobardía o envejecimiento, los mejores vikingos siempre debían derrochar su fortuna en las festividades, para no caer en el aburrimiento de la vida casera: ¿y que mejor diversión que ir de saqueo?

Esta gente vivía para el eterno presente, no le temían a absolutamente nada, no deseaban llegar a viejos -excepto los Vitki [4] -, su razón de vivir era disfrutar de los bienes que la tierra y el mar les brindaban.


Breve marco mítico:

En el principio, no pendían estrellas del firmamento, ni el dios luna ni el díos de la diosa sol surcaban los cielos. Sol existía el Ginnugaggap o gran abismo. Sobre él se cernía un témpano de hielo. Un día la vaca Aumndula se alimentó de el y lamiéndolo desoculto el cuerpo de un gran gigante. Es gran enigma saber lo que aconteció, pero el dios incognoscible y del que nadie canta, surgieron tres hijos: Odin, vili y Ve. Entre los tres hermanos mataron al gigante y construyeron el mundo con su cuerpo desmembrado. El dios Odin es padre de abundantes hijos, con quienes habitó el Idavold “Llanura de Ida”. En el centro de Idavold está el monte Asgarth, donde se construyó una fortaleza que albergara las casas de los doce Ases - Odin y sus hijos -. Sus nombres son: Thor, Balder, Tyr, Brage, Heimndal, Hoder, Vidar, Vale, Ullr, Forsete y Loke. Posteriormente Odin enamora algunas mujeres de la raza de los gigantes y tiene con ellas más hijos que se mudan con los dioses a Asgarth. Esos nuevos hijos son los Vanir o “dioses venidos de lejos”. Los Ases son hijos de Odin con Frigg, los Vanir son hijos de Freyja. [5]

Los dioses no son los únicos habitantes del mundo, este se asocia a un árbol - Iggdrasil [6] - del cual penden nueve anillos [7] o submundos. Estos mundos son:


Muspelheim = tierra de gigantes de hielo.

Asaheim = hogar de los Ases o dioses primigenios.

Ljosalfheim = morada de los elfos.

Vanaheim = el mundo de los Vanir o dioses extranjeros.

Mannaheim = reino de los hombres.

Jotunheim = tierra de los Jotun, gigantes y Voettr (hechiceras oscuras).

Svartalfheim = reino de los elfos oscuros.

Helheim = recinto de los muertos.

Niflheim = Morada de los gigantes del fuego, habitáculo del dragón Nidhug.

Aparte de los recintos anteriores, hay otros que son frecuentes en la mitología y corresponden a seres intermedios entre el mundo divino y terrestre. Tenemos también: Trolls, Kobolds, los Nisse y Brownie (razas de enanos). Están también los “elementalwasen” o genios de los cuatro elementos: agua, aire, tierra y fuego. Entre ellos encontramos a los Neck ( Sílfides o genios del agua y del fuego ), Las Haffrue ( genios marítimos ). También hay genios proféticos (Vala) y genios o musas de la música (Stromkal, Grim y fossegrim).

Walhöl

Hay un recinto que es el epicentro de la areté vikinga, es el Walhalla o Walhöl. Es una morada destinada exclusivamente para los muertos en batalla, los que mueren de enfermos, viejos y toda situación ajena a la guerra; van a dar al Helheim, donde esperan una ronda de tiempo para poder revindicar su valía como hombres.

En el Walhalla está Valaskjalf - el trono de Odin -. A los pies de Herjafoedr [8] - dios de la guerra -, se encuentran tendidos dos lobos: Gere (glotón) y Freke (voraz). En lo alto de la silla donde se asienta el dios belicoso, se posan dos cuervos Munin (memoria) y Hugin (reflexión) [9] .

Que a Odin le acompañen dos lobos y dos cuervos no es algo gratuito. Odin al ser el dios de la guerra, sus animales insignia son los carroñeros. En los campos de batalla al haber inermes cuerpos moribundos, empiezan allegar los lobos a alimentarse y los cuervos a roer los restos. En un aspecto mítico, los lobos simbolizan las fuerzas de la oscuridad que rodean y persiguen al sol (diosa Sunne) y a la luna (dios Maane), finalmente en el Ragnarök o fin del mundo, los dos lobos terminan devorando a los brillantes astros. De los cuervos de Odin ya habíamos hablado, solo añadiremos que ellos todos los días le informan al padre de los Ases, lo que acontece en los nueve mundos; ellos simbolizan lo fundante de la cultura y el legado ancestral: memoria y reflexión. Memoria, para hacer patente lo acaecido y reflexión para comprender lo que allí se devela. [10]

Volviendo a hilvanar argumentos pretéritos, es menester ver lo que una concepción como la del Walhalla representa. La mitología nórdica es radicalmente tribal, este mundo - y cualquier otro imaginable - sólo se rige por la voluntad, la fuerza y una animosidad intrépida. La única manera de lograr un sitio privilegiado con el dios padre, es ser diestro en la guerra. Odin no juzga las causas buenas o justas, solo quiere a su lado a los fuertes y osados independiente de cualquier moral. Al Walhalla van tanto los hombres que luchan sea por reyertas personales, afrentas de clan o guerras de naciones; sea defendiéndose del invasor o cometiendo pillaje. En este asunto no importan las virtudes. La virtud y la moral en la tradición del norte son asunto de la justicia humana y los dioses no toman partido en ello. No todos los nórdicos querían ir al Walhalla, algunos se conformaban con ser simples labriegos o comerciantes y llevar una vida tranquila hasta donde fuese posible, de todas maneras en sus creencias no hay la idea de castigo eterno, pecado o faltas contra el orden divino. Ergo, las narraciones tradicionales hacían que tanto nobles, esclavos o demás estamentos sociales; vieran en las virtudes guerreras una virtud para la excelencia. Con una metafísica del combate, se predestinaba a la sociedad a ser gente cuyo corazón no daba hogar al temor. En algunas sagas, cuando los vikingos tenían tratos con extranjeros, estos les preguntaban que si no sentían temor por ese estilo de vida peligroso, empero, los vikingos decían que en su lengua nativa no existía la palabra “temor”. Los vikingos en su mayoría solo temían una cosa: morir ahogados en el mar antes de presentar batalla, o enfermarse y no ser dignos de ir al Walhalla. El Walhalla promete al vikingo una perpetuación de la riqueza que el usualmente disfrutaba en sus correrías de conquista: En el Walhalla había un patio donde los guerreros muertos se volvían a encontrar y luchaban de nuevo todo el día, solo que esta vez a diferencia del mundo mortal, todos eran amigos y no luchaban por enriquecerse o por ganar fama y gloria; sólo combatían por diversión. El combate era el deporte oficial de la nueva vida en Walhalla. Al terminar las jornadas belicosas, se sentaban juntos a contar las hazañas del día y todos festejaban a quienes ese día habían sido diestros, aquí todos eran hermanos y amigos, en una nueva familia, la familia de Odin. No empezaban a jactarse de sus líderes, cuando las Walkjrias les servían cuernos rebosantes de Hidromiel. También se servía la jugosa carne de un cerdo llamado Saechrimner, quien resucitaba todos los días a la jora de la cena. Las Walkjrias no sólo eran escanciadoras de bebida y comida, eran huestes guerreras de Odin, de belleza inconmensurable. Si bien decíamos anteriormente, que los guerreros agonizantes sentían a Odin por la presencia de los lobos y los cuervos, algunas sabían que eran predilectos por encima de otros guerreros muertos en combate, porque en el momento de brindar su último hálito de vida, aparecía una esbelta mujer de cabellos largos ceñidos por un casco alado, quien descendía de los cielos en arcas de un brioso corcel que desprende fuego de sus cascos. El guerrero que tenía esta visión mortuoria, sabía que era merecedor de la gracia de Odin por los siguientes motivos según diferentes versiones: porque Odin lo reconocía como combatiente singular en osadía y furor, o porque era hijo directo de la sangre de Odin ligada con la de una mortal; y también podía ser elegido porque alguna Walkjria se hubiese enamorado de él y lo quisiera escoltar personalmente al Walhalla.

Estos privilegiados entre los muertos en combate, compartían el Walhalla con sus hermanos guerreros, pero dentro del Walhalla tenían un recinto especial, donde se preparaban para el día del Ragnarök. Cuando ese fatídico día llegara, cabalgarían junto con los dioses a combatir a los gigantes en la conflagración final. Según la profecía de una adivina que consultara Odin en eras remotas, esta le confiesa que los dioses y sus héroes no vencerían y que todos los mundos, dioses y hombres perecerían sin escapatoria alguna. Los guerreros élite de Odin se les confiaba ser parte ésta arriesgada misión y se les llamaban los Einherjar. [11]

Después de mirar estas concepciones míticas, es natural suponer que esta gente fuese belicosa. El solo nombre de Odin lo dice todo. Odin deriva del vocablo “Odr” y significa furia, violencia; aunque también se emparienta con Oend (aand) que significa movimiento. Odin se le llama Vada: el que anda, el que se mueve, el que da fuego de vida.

Esta concepción hizo de los vikingos un pueblo temido por numerosas naciones, su valor causaba asombro y terror incluso a otros pueblos también sumamente belicosos. Sometieron a tributo a casi toda Europa, también a tribus esquimales y eslavas. Su osadía y temeridad les hizo arribar a zonas distantes y a tener comercio con pueblos ignotos por el común de los pueblos de occidente de ese entonces : negociaron esclavos de suelo ruso con los árabes y otras mercancías, trajeron lujos de la India y de China, poblaron Groenlandia e hicieron asentamientos en Norteamérica quinientos años antes que arribara Colón. Se afirma incluso, según evidencia arqueológica, que arribaron a África y a Sur América [12] . Desde la antigüedad cimentada en la areté no aparecía en el marco de la historia occidental un pueblo tan osado e ingenioso, sus herramientas, campamentos y embarcaciones demuestran su avanzada técnica para la época de sus contemporáneos. Hasta nuestro presente han venido siendo mostrados como un puñado de salvajes que usaban cascos cornudos, dedicados a destruir las ciudades costeras. Sólo recientemente se está revindicando su cultura despojándola de una serie de prejuicios esgrimidos generalmente por comunidades cristianas que eran víctimas de sus correrías. Los vikingos no eran una banda de salvajes haciendo pillaje, quemando iglesias y matando monjes. Los vikingos no tenían nada contra cultos extranjeros como decíamos anteriormente y el cristianismo les era indiferente. Los vikingos se ensañaron con los cristianos, debido a que las abadías, monasterios, conventos y templos eran fuentes de riquezas, en especial de objetos de oro que podían fundir y trabajar los orfebres de sus propias tierras. Los vikingos no eran tan sólo una banda de pillos que se cernían sobre indefensos monjes o desvalidos campesinos; si bien se daban a pillaje en factores fáciles, preferían aumentar su reputación saqueando sitios fortificados, casi siempre luchaban en bandas de cincuenta hombres [13] contra doscientos o más hombres de las guarniciones de pueblos costeros o gendarmes custodios de abadías y monasterios. Para los cristianos de diversos pueblos de Europa no era nada raro que los vecinos los invadieran, pero generalmente se quedaban ejerciendo el poder sobre los vencidos y generalmente eran pueblos a su vez cristianos los mismos vencedores. En cambio, los vikingos no les interesaba asentarse ni tener dominio político sobre los vencidos, y mucho menos imponer su cultura o creencias religiosas. Para los cristianos debía ser un fenómeno insólito que viniera una gente de no se sabe donde, totalmente pagana y que lo único que quisieran fuese botín y no se interesaran por regirlos. Posiblemente los vikingos solo querían un poco de lujo para su vida y nada más, pero eran también un pueblo orgulloso y no les interesó gobernar “pueblos débiles” hasta mucho tiempo después, cuando fundaron naciones como Rusia, Normandía (Francia) y la Inglaterra anglo sajona.

El ethos Vikingo


La “ética” - si es licito aplicar aquí este término - vikinga, es más bien una mora inspirada por el factor mítico ya expuesto. Decíamos que si bien el mito es fundante en su concepción del mundo, sus leyes son más bien de orden práctico. La parte judicial estaba en manos de un memorista, es decir, en cada comunidad se adiestraba a un hombre para que se supiera de memoria las leyes de su comunidad. Este cargo generalmente era hereditario. Los vikingos tenían un consejo de decisiones políticas llamado Aething [14] .En dicho consejo se buscaban las sanciones adecuadas para faltas morales o disputas por bienes económicos internos a la comunidad. El Aething era un sitio de debate público y cualquier adulto que no fuese esclavo o un vetado de consejos anteriores, podía expresar su opinión fuese cualquiera el litigio o asunto en cuestión; sin importar si fuese campesino, noble o cualquier miembro de cualquier otro oficio. Las mujeres podían participar también. Algo parecido a la democracia de corte aristocrático de la Hélade antigua o de la Roma primigenia, aun no burocratizada. [15]

Ahora debemos ver que moral marcaba el orden en estos consejos, que se consideraba como ideal a seguir, para ello debemos citar los Eddas , una serie de poemas cortos anónimos recopilados en la edad media, aunque se cree que a mayor parte de su contenido proviene de narraciones incluso prehistóricas de antigüedad incalculable.

Veamos primero uno de esos poemas agrupados en los Eddas, el Hámavál. Una de sus estrofas contiene Los dichos de Har cuya connotación moral es de carácter pedagógico, pues intenta enseñar las “buenas costumbres”.

Hospitalidad:

“ ¡ Salud al que invita ! ... Un huésped llega.

¿ Dónde lo van a sentar ?

Inquieto está quien suerte probando junto al hogar espera. ”

“ Necesita fuego, quien llega de fuera y frías rodillas trae;

comida y ropa aquel necesita

que ha recorrido las montañas.”

( Anónimo. Edda Mayor. Traducción de Luis larete. Alianza Editorial. Madrid 2000. Pág 37. )

El recién llegado a una casa vikinga, debía aguardar de pie en la entrada y no pasar al foso central donde ardía el fuego del hogar. Sólo procedía a entrar al hogar cuando el jefe de casa le ofrecía formalmente un asiento. El puesto en los bancos estaban ordenados por categorías y un huésped se sentaba en el rango que le correspondía según la estima en que se le tuviese en ese hogar. Un hombre no previamente invitado podía ser rechazado, pero por educación, todo visitante merece como mínimo fuego, agua, una toalla , atenta escucha y amable conversa. Cuando habían varios huéspedes de igual rango, era mal visto que a uno se diera privilegios sobre otros. La hospitalidad en un hogar es brindar lo mejor que tiene y no lo que le sobra.

En la Saga de Egil Skallagrimsson, se cuenta en uno de los relatos, como el vikingo Egil se embarca con unos hombres en un nave a cobrar unos impuestos para un capataz de su hacienda y amigo llamado Ölvir. El tiempo en la mar fue rudo y al atardecer tuvieron que desembarcar en la isla de Atley donde vararon. En la isla había una gran hacienda del rey Eirík y la administraba un hombre llamado Bárd. Éste administrador les dio hospedaje como manda la ley, les dio sitio al lado del fuego y les permitió secar sus ropas. Les dio a los invitados pan y mantequilla y para beber les dio Skyr ( leche agria ) [17] . Dijo Bárd a sus huéspedes - “ es una lástima que no halla cerveza para poder agasajaros como yo quisiera; tendréis que arreglároslas con lo que hay.” -

Esa misma tarde llegó el rey Eirík y su esposa Gunnhild a la casa que les administraba Bárd, quien inmediatamente preparó una fiesta y en su honor hizo sacrificios a las Dísas [18] . Egil y sus acompañantes fueron llamados a la fiesta por el rey. para sorpresa de Egil, su anfitrión si tenía cerveza y comida en abundancia. le recitó al tacaño de Bárd el siguiente poema:


Dijiste al gran guerrero

que cerveza no había,

miserable, de las Dísas

en la fiesta, bellaco;

de todo diste malo

a hombres desconocidos,

buen anfitrión no fuiste,

Bárd, los engañaste. [19]



Bárd le pidió a Egil que bebiera y se dejara de chanzas. Egil se bebía un cuerno entero de rebozante cerveza de un sólo trago y se tomaba la parte que le correspondía tomarse con su anfitrión Bárd [20] . Bárd le dijo a la reina que un huésped bebía demasiado y no calmaba su sed, fuera de que se estaba burlando de él. la reina Gunnhild vertió veneno en un cuerno para que se lo escanciaran a Egil. Egil al recibirlo sacó su cuchillo y grabó runas [21] y pronunció un hechizo. El cuerno saltó en pedazos y derramó el proclive líquido. Egil invitó a Bárd a la puerta para hacer un último brindis de despedida, al llegar juntos al portal, Egil le arrebató el cuerno a Bárd y desenvainó su espada y lo atravesó hasta que la punta de la hoja se asomó a su espalda.

Esta saga Islandesa da ejemplo del riesgo que se corre al no respetar las normas de hospitalidad, pues nunca se sabe el linaje de quien arriba un hogar hasta que se media en la palabra con el forastero. Este tipo de sagas y dichos reflejan un ánimo solidario, la ley no reprende este tipo de faltas necesariamente, pero frecuentemente las comunidades permitían que un hombre cobrara una mala hospitalidad con la muerte del anfitrión, si así lo demandaba el invitado agraviado. Cuanta la leyenda que el rey Harold primero de Inglaterra consiguió parte de su fortuna disfrazándose de mendigo o forastero. Pues iba a las casas de sus súbditos ocultando su identidad para mirar quienes respetaban las leyes de hospitalidad. Inmediatamente era mal recibido o se le negaba posada, develaba su rango y llamaba a sus gendarmes escondidos en las cercanías. Ofrecía perdonar la vida de su huésped compensando el agravio con la entrega de todas las riquezas existentes en la casa de quien violaba la ley de hospitalidad. El sistema jurídico del norte no es extenso y atiborrado de peroratas como el romano, pero es radical y eficaz.

Volviendo a hilvanar a nuestro discurso, sigamos con el tema de la fiesta en los dichos de Har. Har recomienda que en visitas y reuniones no es bueno hablar en demasía, pues se le puede tener a uno como un necio. Empero, callar siempre, lo priva a uno del elogio y buena estima de los demás.



“ Alerta esté quien valla a convite,

afine el oído y calle,

con la oreja escuche, con el ojo observe.

¡ en guardia el sabio se tiene ! ” ( Ob. Cit. Pág. 38 )



“ Dichoso el hombre que sabe ganarse

el elogio y la estima de todos;

malo será lo que queda callado,

metido en el pecho ajeno. ” ( Ob. Cit. Pág. 38 )


Lo que busca el ethos Vikingo es la vida dichosa y que sea digna de la felicidad deseada : [22]


“ Callado y sensato el hijo del rey

y bravo en la guerra sea;

contento y gozoso esté todo hombre

hasta el día que muera ” ( Ob. Cit. Pág. 39 )



“ El necio que llega a lugar de reunión,

mejor que se esté callado;

nadie le nota su poca cabeza

con tal de que no hable de más.

Por sabio se tiene el que bien pregunta

y sabe bien responder; [23]

nunca callado los hombres dejan

cosa que pase entre gente.” ( Ob. Cit. Pág. 41)



Buena es la bebida en las fiestas, pero mala es cuando al hombre el juicio le arrebata, pues pronto a desenvainar el acero se torna y en riñas se acaba el convite. Y el hombre bebido si al camino se enruta, presa fácil de animales rapaces es y a salteadores se presta. Cuando se bebe es mejor decir lo preciso y mejor es marcharse a dormir temprano. Nada engalana al hombre la comida, si glotón el se vuelve, pues malo es el juicio del que se arruina comiendo y de mofa sirve a la gente prudente la panza del hombre insensato. necedad es también abusar de la hospitalidad y quedarse mucho hospedado en hogar ajeno. Y más vale tener un hogar pequeño propio que andar mendigando, es mejor pasar hambre que vivir humillado. Que nadie en su hogar de lujos se prive por andar ahorrando, los bienes que se guardan al querido terminan en manos del odiado.

Hasta ahora hemos visto la virtud en la fiesta y el hogar, pero hay un valor denodadamente estimado entre los vikingos : la amistad.



“ Amigo será el hombre de su amigo,

de él y de amigo que el tenga;

nunca el hombre amigo será

del amigo de algún enemigo ” ( Ob. Cit. Pág. 42 )



“ Si tienes un amigo en el cual confías

y sacarle provecho quieres,

ábrete a él, cambiaros regalos,

ve con frecuencia en su busca.” ( Ob. Cit. Pág. 43 )



“ Joven yo era, solo viajaba,

perdido quedé en los caminos;

me veía yo rico si alguno topaba.

¡ Al hombre el hombre conforta !” ( Ob. Cit. Pág. 43 )



En líneas precedentes hablábamos de la voluntad de conquista y lucha en el vikingo, como medio de riquezas. pero la ambición no lo era todo, si de virtud se carecía. mal vista era la envidia por los bienes ajenos y de mala gusto que como el esclavo el hombre se lamentase de su suerte. El que tiene riquezas, que las goce porque se las merece. Cosa diferente es la moral transvaloradora de la decadencia de occidente que quiere nivelar a toso los hombres y animar a los pobres, esclavos y demás afines; a reclamar su derecho a la igualdad. la palabra igualdad no existe en una auténtica areté, cada quien debe respetar la buena fortuna ajena y si por la fuerza alguien algo obtiene, pues que por la misma fuerza se le arrebate y no con discursos humanistas :



“ No sabe tampoco el que nada sabe

que a muchos fortuna obseca;

si rico es un hombre, pobre es el otro,

no debe culpársele a él ” ( Ob. Cit. Pág. 46. ) [24]


Sobre la virtud guerrera no hace falta prolijas disquisiciones, el valor en combate y la apología a la guerra rondan todas las narraciones germano escandinavas. Hay un relato llamado “ Capirote el tembloroso ”. Narra la historia que una aldea era asolada por un dragón que pedía tributo en comida y mozuelas. La gente temerosa pagaba sin falta la exigencia del fogoso monstruo. Un día llegó a dicho paraje un vikingo, no tardó en entrar a la taberna a refrescarse. Allí un puñado de borrachines se alegraban el festín molestando a un jovencito que no osaba a defenderse. El vikingo quiso probar la valentía de aquellos que se entretenían con un simple mozuelo, dando muerte a los bribones que lo hostigaban. Le preguntó el vikingo al muchacho el motivo de su actitud trémula. El muchacho alegó que era muy joven y de constitución flácida. Entonces su protector le dijo : - “ pues eso era hasta hoy, te convertiré en un vikingo ”-.

Cuando el dragón vino a la aldea a cobrar su tributo, el vikingo en fiera lid lo mató. De antemano había planeado cambiar la suerte del muchacho para que todos lo respetaran, llego a la taberna y comentó a todos que un jovenzuelo que llamaban “ Capirote el tembloroso ” Había devuelto la tranquilidad al pueblo, pues había matado al dragón. Todos se asombraron de la proeza de Capirote y desde entonces su apodo era “ capirote el valiente ”. El mozuelo se llenó de orgullo y tiempo después se volvió jefe de una banda vikinga, su furor y osadía hicieron olvidar su pasado de badulaque. Un vikingo le tendió la mano un buen día y capirote pagó el favor volviéndose fuerte. Si bien Capirote no mató el Dragón, el truco sirvió para darle confianza y ser parte de los Herjar o Héroes del mito vikingo. [25]

¿ De que sirve una vida larga si no es dichosa ? ¿ de que sirve la paz, sino es para aburrir al hombre ? ¿ Habría literatura alguna si nos priváramos de las afrentas y aventuras riesgosas ? Dejemos que los dichos de Har concluyan nuestra apología tribal :

“ Mueren Riquezas, mueren parientes,

también uno mismo muere;

la gloria tan sólo no muere jamás,

la de aquel que ganársela logra.”

“ Mueren riquezas, mueren parientes,

también uno mismo muere;

Tan sólo una cosa sé que no muere:

la fama que deja un muerto ( Ob. Cit. Pág. 47 )



“ Te damos, Loddfáfnir, buen consejo

que te ha de servir

y que debes saberlo:

Donde hallares maldad, con maldad responde.

¡ Que paz tu enemigo no tenga ! ( Ob. Cit. Pág. 55 )
Thor

¡ Soy el Dios Thor,
Soy el dios de la guerra,
soy el dios del trueno;
Aquí en mi norlande,
Mi fortaleza,
Reino para siempre !...

La fuerza aun gobierna el mundo,
lo ha gobernado, lo gobernará;
la blandura es debilidad
La fuerza es triunfante
sobre la tierra entera
¿ existe todavía el día de Thor ?

( Poema de Long Fellow. Gjallar Stuartson. Mitología Nórdica. Editorial Visor. Madrid. 1989. Pág 87. )


[1] Ivar “Sin - Hueso” era un jefe vikingo danés, famoso por enviar una poderosa hueste a invadir a Inglaterra en el año 866. Con la frase citada en el encabezado no alardeaba, a su paso Ivar conquistó media Inglaterra sometiéndola a tributo, dando muerte a tres notables reyes. En ese entonces gran parte de Inglaterra era cristiana y los vikingos paganos, probablemente de ahí venga el ruego “ libéranos señor de la furia de los nórdicos ”,

[2] En casa de hombres hacendados, nobles y reyes; siempre los hombres competían narrativamente, ganando el que contara la mejor aventura personal en la forma más bella o el que fuese capaz de narrar hechos más antiguos de los dioses o el que tuviese más memoria para recordar el mayor número de sagas míticas o leyendas. Esto daba a los vikingos un fuerte asentamiento literario, además los hacía permanecer en tradiciones ancestrales, se diría que eran “Hermeneutas” por vocación, pues fijaban el mito en el uso constante de la palabra hablada e interpretada.

[3] Robert Wernick. La aventura del mar: los vikingos. Time Life - Folio, Barcelona 1998. Pág 15.

[4] Un Vitki, es similar a un Druida o anciano sabio. Aunque a diferencia de figuras de poder mágico afines, entre los vikingos, era frecuente que los jefes militares fueran magos. Rara vez un hombre vikingo se dedicaba a ser exclusivamente un mago, pues este oficio no representaba estatus social ni jerarquía religiosa. Los magos más poderosos preferían pasar inadvertidos y generalmente eran labriegos comunes o pescadores, y muchos, eran jefes de élites guerreras. Entre los nórdicos no existen figuras sacerdotales, pues el culto religioso es una cuestión personal y libre. Esto no quiere decir que no fueran personas religiosas, pues sus festividades principales son de corte místico y devocional, que vinculan a toda la población de un clan. Es decir: El culto es colectivo en cuanto fiesta, pero en cuanto devoción y creencia, los nórdicos dejan que cada quien interprete los mitos a su amaño. Aunque los vikingos no eran dados a influenciarse de las religiones de los extranjeros, las respetaban muchísimo y en tierras foráneas rendían tributo a los dioses patronales de esa región, nunca su panteón fue celoso de otros dioses, contrariamente a un dios pertinaz de cierto culto del sur, que tardó en llegar al norte y en instaurarse, pero como que no ha triunfado plenamente, ni siquiera hoy día. Evidencia de lo anterior, es que la mayor parte de la población de Islandia es pagana actualmente.

[5] Odin tiene tres esposas que posiblemente son una alusión a una unidad trinitaria, cada parte de esta triada posiblemente representa tres aspectos de la fertilidad. La primera esposa es Jiord (tierra inhabitada), la segunda esposa es Frigg (tierra habitada) y la tercera es Rind (tierra nevada). Las triadas son un rasgo fundamental en el mito nórdico, es como si una misma divinidad tuviese tres aspectos que lo hacen verse como si fuese en realidad tres dioses diferentes. Por ejemplo: Odin se le conoce por los nombres: Thride (el tercero), Jafnhaar (igual de alto) y Haar (el alto). Estos tres nombres coinciden con tres aspectos lumínicos de Odin, que son el nombre a su vez de tres dioses: Odin (Oend = luz del espíritu), Hoener (luz de inteligencia, Odr = furia) y Loeder (Fuego de la luz - sangre).

[6] Iggdrasil: “el árbol de la sabiduría”. Iggr = (profundo pensar), Drasil = (portador - Caballo).

[7] Los anillos en la mitología nórdica tienen diversos significados, casi siempre de atadura o hechizo. Ergo, Odin tiene un anillo mágico del cual se desprenden nueve anillos cada nueve noches. Esto posiblemente significa una forma de ciclo repetitivo de creación y destrucción de los mundos. Sobre este argumento mirar el asunto del crepúsculo de los dioses o Ragnarök, temática que más adelante abordaremos y también rastreable en el ensayo de las runas.

[8] Herjafoedr: Padre de los héroes (Herjan = héroe caído en batalla, Foedr o Vater = padre). Herjafoedr es uno de tantos nombres de Odin, también en este aspecto tribal se le conoce como Jalk (mata gigantes) y Bolverk (el que realiza hazañas).

[9] Dice la leyenda, que los guerreros agonizantes ven en el campo de batalla a un anciano tuerto en cuyos hombros se aposentan dos cuervos ( Hugin y Munnin ), por eso a Odin le llaman el dios de los cuervos o Rafnagud : Rafn = cuervo, Gud = ( Gott, God, Dios ).

[10] En uno de los apartados precedentes citábamos a Heidegger y Hörderlin, sobre el asunto de la memoria y el mito como lo fundante en la palabra - mito.

[11] Einherjan, Enherjärna, Einherjar: Son los héroes elegidos por Odin y conforman el último batallón cuando llegue la destrucción del mundo, esa legión escatológica se les conoce como Wildesheer “horda furiosa” o “ejercito de los terribles”.

[12] Sobre el arribamiento de los vikingos a América y la evidencia histórica ver: Gwym Jones El primer descubrimiento de América. Ediciones Orbis. Barcelona 1986. También ver los textos de Miguel Serrano citados en la bibliografía general de la tesis.

[13] Este número de vikingos era el que podía albergar una nave longa o Drakkar (dragón marino), pero era más frecuente que viajaran en grupos expedicionarios de embarcaciones pequeñas, de todos modos, nunca eran grupos numerosos los que se daban a la empresa de la piratería.

[14] Aething o Allthing = reunión de todos los hombres libres de la comunidad vikinga.

[15] Aquí hablamos de la democracia entre hombres libres, es decir, la que reconoce rangos sociales y distinciones de género, raza y la relación amo - esclavo. No confundir con la democracia de corte utópico y nihilista de la modernidad.

[16] Los Eddas son una recopilación de textos poéticos islandeses, algunos fueron hechos por el poeta Snorri Sturluson, otros son compilaciones de diversas fuentes medioevales. Los textos originales son narraciones arcaicas de edad incalculable. Edda significa “ cantos de la abuela ”, es decir, lo que los antiguos narraban.

[17] Leche agria : bebida similar al yogur pero menos espesa, no era bien visto homenajear un invitado con un banquete sin servir cerveza. Las mejores bebidas y comidas de una casa siempre eran para los viajeros e invitados. esta tradición es común a casi toda la Europa celto - goda. Aun algunos campesinos de Antioquia ofrecen lo mejor de su hogar a los visitantes, por humilde que sean sus hogares y pobres, es tradicional dar lo mejor de la casa asía la propia familia se quede sin provisiones para días venideros.

[18] Diosas menores del hogar, posiblemente de la casta Vanir ( ver tabla de los nueve reinos de Iggdrasil ).

[19] Tomado de: Snorri Sturluson. La saga de Egil Skallagrimsson. Miraguano Ediciones. Madrid 1988.

[20] Los vikingos beben por parejas en las fiestas, es mal visto que un compañero se tome un cuerno de un sólo tirón.

[21] Ver ensayo sobre las Runas.

[22] ¿ Se parece esto a la felicidad merecida de la que habla Kant ? obviamente el contexto es diferente, pero hay una similitud en el hecho de que se pretende no una felicidad merecida naturalmente por derecho, sino por deber, como esfuerzo del hombre sensato.

[23] ¿ cómo ? ¿ eran hermeneutas los vikingos también ? El saber enunciar la pregunta por el acontecer - ahí - delante es el primer paso para la comprensión del pensar según Heidegger.

[24] La revuelta de esclavos que menciona Nietzsche y que es el constante motor de la decdencia, han llevado a concebir esas tonterías igualitarias utópicas. para el esclavo rencoroso, lo mejor es que todos fueran pobres. El cristianismo, el humanismo, el comunismo y demás nihilismos; son discursos frutos de la envidia de los desafortunados contra los que la naturaleza privilegia para los altos escaños. La igualdad como concepto no es una búsqueda de la justicia, sino una disposición de los débiles para enajenarse como masa adherida al móvil pasional de la envidia.

[25] Traigo a colación la historia de capirote por que si bien estamos ad portas del ocaso, la pacificación y la cobardía de ideales mediocres...pues cual capirote, hacía sea con un truco prestado, debemos fortalecernos y encaminarnos a no dejarnos intimidar ni mancillar por nadie. ¡ Qué sea nuestro descanso solaz, no la cama y el lecho de anciano, sino la tumba de nuestros enemigos ! ¡ Aprestaos a invocar a los dioses de la guerra y festejemos usando los cráneos de vuestros enemigos como copas ! ( Así lo demanda el buen Lord Byron en su poema Versos grabados en una copa hecha en un cráneo. )