miércoles, 24 de diciembre de 2008

LOS CELTAS.

lunes, 15 de diciembre de 2008

La Muerte de un Dios.


La Muerte de un Dios.

En muchos sentidos (tal vez, en todos), nuestra cultura es heredera de la tradición judeocristiana, y como buenos descendientes de esa tradición, nos cuesta imaginar que un dios pueda ser aniquilado. La muerte de Jesús es sólo aparente: un destino que debía cumplirse; y digo aparente porque la fe católica le debe más en la Resurrección que en la Pasión.

Hoy hablaremos de la muerte de un dios.

Dentro de las creencias nórdicas existe la tradición del "Ragnarok" , que significa algo así cómo: "el crepúsculo de los dioses"; allí se nos describe con mucho detalle cómo los dioses caerán en una batalla épica ante las huestes de los Gigantes del Frío. El concepto es complejo, ya que muchas cosas deben cumplirse antes de que llegue el día del conflicto; profecías y hados de los cuales hablaremos en otro momento; pero lo central es que hay una batalla, de la cual los dioses no pueden librarse, y aún sabiendo que serán derrotados, anhelan que ese atardecer, el último, finalmente llegue.

Ahora bien, el mito del Ragnarok es gigantesco, profundo e insondable; allí morirá Odín, Señor de los Dioses; su espíritu divino se desgarrará bajo las fauces del Lobo. Destino cruel para el creador de las Runas, pero no exento de gloria: lucha con honor y cae; final feliz que el espíritu nórdico alaba y añora; pero existe otra tradición, menos pródiga en honores, más humana (si se quiere), o menos teñida de ese valor que sólo encuentra motivación en el sacrificio. En ella hay algunos rasgos patéticos que hubiesen sido más afines con el Romanticismo que con la fría Islandia. Allí muere un dios; lejos de los campos de batalla y de los grandes salones del Valhalla.

Imaginar un dios es tarea de filósofos y teólogos, imaginar su muerte es de poetas.

Este mito nace como historia en Islandia (aunque posiblemente se desarrolló primero en Noruega) dónde la nueva fe cristiana no separó a los hombres de los antiguos dioses, quienes siempre conservaron por ellos una profunda nostalgia. Los preservaron en mitos y leyendas; arraigados profundamente en el corazón, pero sólo eso; ecos de una grandeza que hizo temblar a Roma. Vivían aún en las fábulas, pero los templos y los viejos robles, sedes inmemoriales de su culto, yacían olvidados, escombros de un fe otrora poderosa.

Cierta noche llegó un anciano a la corte del rey Olaf Tryggvason. Los rasgos del anciano revelaban que era de noble cuna, pero algo en su porte le daba un aire etéreo, muy impropio de un anciano. Iba envuelto en una capa oscura, negra como las plumas del cuervo; el sombrero de alas anchas le cubría los ojos. Después de cenar, el rey se dirigió al Anciano y lo interrogó sobre los avatares de su vida. El Viejo respondió que su vida fue larga, demasiado como para describir sus pormenores, declaró que lo único que aún podía hacer con algún talento era tocar el arpa, y contar historias.

El fuego era un bastión frente a la noche, las sombras lamían las paredes del castillo, y las llamas crepitaban y saboreaban la dura madera del norte. Los hombres se reunieron en torno al Anciano; afuera, salvo el ronco aullido de algún lobo en el descampado, no se oía nada.

El Anciano se sentó de espaldas a las llamas, de manera que los oyentes veían su figura recortada: una espectral sombra encorvada por los años; vencida y desgastada por el recuerdo de mil desgracias y de efímeras alegrías. Sus dedos acariciaron el arpa, la música flotó sobre los hombres, y en cada oído palpitó con una melodía diferente: habló de Brunhild y de la dulce Krymild, de Sigurd y del enano Andvari, del dragón que duerme sobre las joyas, y de un río que es sepulcro de tesoros.

Cantó todas las cosas que pueden decirse con palabras; los hombres temían respirar, nadie deseaba quebrar el encantamiento. La música, derramada en los oídos, despertaba en los asistentes los ecos imprevisibles de la memoria: algunos veían a sus madres susurrándoles dulces y tristes historias, otros eran transportados al hogar de la abuela, quien narraba heróicas hazañas de ancestros olvidados; pero a todos los unía una sensación común, la certeza de que todas aquellas cosas (el fuego, el viejo, el castillo, acaso el Midgard) eran irreales.

Y así trascurrió la noche, los oídos atentos y el recuerdo vivo; finalmente, el Anciano relató el nacimiento de Odín. Dijo que las Tres Mujeres (que no deben nombrarse) auguraron que el niño no viviría más que la vela que se consumía sobre la mesa. Con la rapidez que provoca el terror, los padres de Odín apagaron la vela para que el niño no muriera.

El rey Olaf, quien se había convertido a la fe católica, declaró que la historia era falsa. El anciano torció la boca en una mueca que bien podía ser una sonrisa; buscó entre los infinitos pliegues de su capa y la presentó ante los hombres, una vela a medio consumir.

La depositó sobre la mesa y anunció:

"Quien tenga el valor para matar a un dios, ya sabe lo que debe que hacer"

El Viejo abandonó el salón y se sumergió en las heladas sombras.

Los hombres se miraron, pero nadie se movió. La noche reanudó sus sonidos: el viento azotaba las paredes del castillo, oprimiendo los corazones. El rey se puso de pie, tomo la candela, y la encendió.

El tiempo se hizo pesado, pegajoso; la vela, erguida sobre la mesa, se consumía lentamente. Cada hombre presagiaba un final diferente, algunos imaginaban que el cielo se quebraría, que infaustos rayos caerían para castigar tamaño sacrilegio. El tiempo pasó, un gallo cantó a lo lejos anunciando a la aurora; llegaron las primeras luces del día, los corazones se calmaron. La vela estaba consumida, yacía sobre la mesa, inerte, como los Viejos Dioses.

Los hombres se desperezaron, se pusieron de pie; cada uno con la intención de dirigirse hacia sus hogares. El rey, siguiendo las reglas de la hospitalidad, los acompañó hasta sus monturas. Salieron y el frío de la mañana les bañó el rostro; un cielo azul los cobijaba; caminaron unos vacilantes pasos y lo vieron: el Anciano, con el azul del cielo en los labios, yacía tendido en la hierba, consumido.

La leyenda quiere que el anciano muerto sea Odín, al menos así lo refieren los maestros de la tradición. Yo pienso que no; que es algo más. El Viejo es el último creyente de una fe abandonada; y también es Odín. Muere porque sólo él cree en los antiguos dioses; ya no queda otro, nadie realiza ofrendas ni eleva plegarias. No hay devotos sin un dios, ni dios sin creyentes.

Odín murió, es cierto, pero no en la infame batalla del Ragnarok, sino cuando se consumió la vida de su último creyente.
NO MATEMOS A LOS VERDADROS DIOSES.NO LOS DESTINEMOS AL OLVIDO.

lunes, 8 de diciembre de 2008

LAS 7 MARAVILLAS DEL MUNDO ANTIGUO.


Estas Maravillas, ordenadas según el período de su construcción, son las siguientes:

1. La Gran Pirámide de Gizeh. Terminada alrededor del año 2570 a. C., fue utilizada como tumba o cenotafio del faraón denominado Keops. Ubicada en Giza, Egipto, es la única de las siete maravillas que aún se puede contemplar.
2. Los Jardines Colgantes de Babilonia. Construidos en 605 a. C. - 562 a. C. Ubicados en la ciudad de Babilonia, actual Iraq. Perduraron hasta no más allá de 126 a. C., cuando la ciudad fue destruida definitivamente por los partos.
3. El Templo de Artemisa o Artemision en Éfeso (actual Turquía). Construido hacia 550 a. C. y destruido por un incendio intencionado en 356 a. C., Alejandro Magno ordenó su reconstrucción, culminada tras su muerte en el año 323 a. C. Este nuevo templo, que debe ser considerado como el incluido dentro de la lista de las maravillas, fue destruido a su vez por los godos durante un saqueo en el año 262.
4. La Estatua de Zeus en Olimpia. Esculpida hacia 430 a. C. por Fidias. Ubicada en el interior del templo dedicado al propio Zeus en Olimpia, Grecia, desapareció entre 393, año en que el emperador Teodosio el Grande prohibió el culto pagano, y 426, en que Teodosio II ordenó la demolición de los monumentos de Olimpia.
5. El Sepulcro de Mausolo (Mausoleo) en Halicarnaso. Construido hacia 353 a. C. y situado en la ciudad griega de Halicarnaso, actual Bodrum (Turquía). Se mantuvo en pie a lo largo de los siglos, pero una serie de terremotos hizo que hacia 1404 ya hubiera quedado reducido a ruinas.
6. El Coloso de Rodas. Construido entre 294 a. C. y 282 a. C. Ubicado a la entrada del puerto de la ciudad de Rodas en la isla de Rodas, Grecia, fue derribado por un terremoto en el año 223 a. C., por lo que fue la más efímera de las maravillas.
7. El Faro de Alejandría. Construido entre 285 a. C. y 247 a. C. en la isla de Pharos, en Alejandría (Egipto), para guiar a los navíos que se dirigían al puerto de la ciudad. Al igual que la tumba de Mausolo dio nombre genérico a todos los grandes monumentos funerarios que la siguieron, la torre de Faros (Pharos) hizo lo propio con las torres de señales para la navegación. El Faro perduró hasta que los terremotos de 1303 y 1323 lo redujeron a escombros; en el año 1480, sus restos fueron reutilizados en la construcción de una fortaleza cercana.

El hecho de que cinco de las siete maravillas pertenezcan al mundo helenístico indica claramente el carácter helenocéntrico de la lista, y sus fechas de construcción y destrucción también indican que el concepto de las "Siete Maravillas" debió acuñarse a mediados del siglo III a. C.
1-LAS PIRÁMIDES DE GIZEH EN EGIPTO


La más antigua de las maravillas, y, curiosamente, la única que ha llegado hasta nosotros, es el monumental conjunto de las pirámides de Gizeh, en Egipto. Todos hemos oído hablar de ellas y conocemos su aspecto, así como sabemos que eran las tumbas de los faraones. Pero acerquémonos más, y averigüemos algunos detalles interesantes.

Los egipcios iniciaron la construcción de pirámides hace muchísimo tiempo, a lo largo de su Antiguo Imperio: ¡Las más antiguas tienen cerca de CINCO MIL años! En efecto, la más antigua que se conoce es la pirámide escalonada de Sakkara, tumba del faraón Djoser, que data del 2750 a. de C. El arquitecto inventor de la pirámide fué el gran Visir, y famoso sabio, Inhotep. Después de este primer ejemplo, los egipcios continuaron construyendo pirámides hasta bien entrado el Imperio Medio, en que se pasó a emplear el sepulcro subterráneo en vez de las pirámides. Sin embargo, del Antiguo Imperio nos han quedado nada menos que ochenta de éstas, repartidas por el Bajo Egipto.


Imaginemos ahora que estamos presentes en el séquito funerario del faraón Khufu. Una ligera embarcación nos transporta por el Nilo desde la antigua capital, Menfis, hasta la necrópolis de sus afueras, en la vasta llanura de Gizeh. Allí abundan las construcciones funerarias, pues es el cementerio donde van a parar todos los habitantes de la capital, nobles o villanos. Nuestra embarcación se detiene: en la orilla nos espera una comitiva de sacerdotes. Detrás, espera el templo construído especialmente para nuestro faraón, donde se le rendirá culto igual que a un dios (¿acaso no es de naturaleza divina?). Aquí es donde el cuerpo del faraón es preparado convenientemente e introducido en el sarcófago. Después, una comitiva trasporta a éste a lo largo de una vía funeraria hacia su sepultura.

Ya vemos las pirámides. Su impresionante mole destaca sobre el horizonte de la llanura, dejándonos boquiabiertos. ¡Todo eso es piedra! Bloques de granito descomunalmente pesados, de un metro de altura, forman las filas tan apretadamente que no es posible introducir ni un cuchillo entre ellos. Las filas de piedras están pintadas, formando franjas de diferentes colores; la punta es de color dorado. Todas las pirámides, absolutamente todas, tienen la misma alineación: están orientadas al norte con total exactitud. Los lados de la pirámide tienen una inclinación impresionante, de 51 grados, que cuando nos acercamos más nos produce la sensación de que la pirámide "se nos cae" encima. En los alrededores, se encuentran las pirámides menores y las (edificaciones rectangulares de paredes inclinadas) para los altos funcionarios.

Estamos ante la pirámide. Sus dimensiones son impresionantes: 146.59 m de altura, 230 m de ancho. Tras subir un poco por su parte lateral, penetramos en su interior. A la fluctuante luz de las antorchas vamos descubriendo las paredes, perfectamente lisas, como corresponde a la sepultura de una encarnación del dios Ra. Tras depositar el sarcófago en la cámara sepulcral, el corredor será cegado y disimulado, para evitar robos. La pirámide contiene asimismo una falsa cámara sepulcral.

A pesar de todas estas precauciones, son pocas las tumbas egipcias que permanecerán intactas hasta la llegada de los arqueólogos. Los ladrones de tumbas irán saqueando con el paso del tiempo la mayoría de las pirámides y sepulcros. Cuando el arqueólogo Flinders Petrie entre en las tumbas reales de Abydos, unas de las más antiguas de Egipto, sólo podrá encontrar un brazo de la momia de una reina. De las tres grandes pirámides, sólo la más pequeña, la de Micerino, permanecerá intacta.

Una controversia famosa relacionada con las pirámides es la relación entre el doble de la longitud de su lado y su altura: el número "pi". ¿Porqué tomarían tantas molestias los antiguos egipcios para conseguir que sus construcciones mantuvieran una relación matemática tan precisa? Personalmente prefiero pensar que lo hicieron porque era la forma más segura de conseguir que la inclinación de las pirámides fuera uniforme, y de que éstas serían perfectamente regulares. En efecto, si pensamos que probablemente se servían de ruedas de madera para medir longitudes de forma fácil y exacta, veremos que con una de éstas ruedas, hecha de la misma altura que los bloques de piedra, se comprobaba la inclinación rápidamente: cada nueva hilera de piedras debía medir media vuelta menos. De esta forma sale, automáticamente, la relación de Pi entre el doble del lado y la altura de la pirámide. Suena lógico, ¿verdad? Pero ello no implica necesariamente que los antiguos egipcios conocieran el número Pi; después de todo, éste sale automáticamente debido a que se realizaron las medidas basándose en ruedas.


Han pasado ya cerca de cinco mil años hasta nuestros días, y la humanidad todavía no ha realizado nada semejante. La más pequeña de las tres pirámides de Gizeh multiplica varias veces el peso de la mayor de las construcciones modernas; y es que los aparejadores de nuestros días se las verían y se las compondrían para enfrentarse con esos enormes bloques de piedra, difíciles de manejar hasta para las más potentes grúas. Cuando pensamos en que los antiguos egipcios carecían de máquinas, que movían las enormes piedras sólo con el esfuerzo físico de cuadrillas de docenas de trabajadores, nos parece un milagro. De hecho, ni siquiera los propios egipcios fueron capaces de superarlo: continuarían construyendo pirámides durante siglos y siglos, sin llegar a igualar el esplendor de las pirámides de Gizeh, que sorprendentemente, fueron de las primeras que se construyeron.

Como corolario, citaré dos testimonios célebres: el de Abd-ul-Latif, que dijo "Todas las cosas temen el tiempo, pero el tiempo tiene miedo a las pirámides"; y el de Napoleón, que comandó una expedición a Egipto cuando era Primer Cónsul, y pronunció las conocidas palabras "Desde lo alto de estas pirámides, veinte siglos nos contemplan".

Pero aún nos queda una visita que realizar en la llanura de Gizeh: la de la esfinge. Esta escultura, que representa a un león con rostro humano (se cree que representa al faraón Khafra; al menos, viste sobre la cabeza el típico klaft, manto que llevaban los faraones) es contemporánea de las pirámides, mide 70 metros de longitud y 20 de altura. Para construirla, aprovecharon un montículo de caliza en la llanura, que labraron y completaron con bloques de piedra. Cuando ya contaba con mil años de edad, el faraón Tuthmosis IV hizo esculpir entre sus patas una escena representando un sueño, en el cual la esfinge le daba el trono en recompensa por haberla salvado de morir sepultada bajo la arena del desierto. Otros mil y pico años más tarde, en la época romana, se excavó un santuario en el seno de la esfinge. Y cuando la esfinge ya superaba los cuatro mil años, estas modificaciones posteriores pasaron a ser destructivas en vez de constructivas: los iconoclastas primero, y los mamelucos después, mutilaron el monumento, dañando sus ojos y arrancándole su nariz.

2-LOS JARDINES COLGANTES DE BABILONIA

Nos disponemos ahora a realizar un prodigioso salto hacia delante en el tiempo: nada menos que dos mil años deben transcurrir para que nuestro viaje nos lleve a la famosa Babilonia - llamada Babel en la Biblia - a orillas del Éufrates. A pesar de que el nombre de esta ciudad figura en los anales de la historia desde hace dos milenios, vemos que todas las construcciones son nuevas y recientes: y es que los asirios la destruyeron hasta los cimientos. Pero al fin los babilonios, con la ayuda de los medos y los escitas, vencieron por completo a los asirios, y la ciudad fué esplendorosamente reconstruída.

Estamos a mediados del siglo VI a. de C., y gobierna el rey Nabucodonosor II, el más famoso de todos los del mismo nombre. Además de un gran guerrero y conquistador, Nabucodonosor es también un gran arquitecto: la ciudad rebosa de construcciones monumentales. Sin embargo, algo se echa de menos en esta majestuosa ciudad: todo es demasiado llano, demasiado rectilíneo. Si subimos lo suficientemente alto, veremos toda la ciudad de un vistazo.


Esto entristece a Amytis, la esposa de Nabucodonosor. Ella es una princesa meda, y se crió en montes y colinas exuberantes de vegetación. Esta tristeza disgusta al rey. ¿Acaso no es el más famoso constructor de su tiempo? Enseguida ordena traer grandes piedras, pues los ladrillos utilizados normalmente no resisten bien la humedad. Así, edifica una serie de terrazas escalonadas en las cuales deposita la tierra necesaria y empieza a plantar árboles, flores, arbustos, etc. También construye una máquina semejante a una noria que transportará el agua desde un pozo hasta los jardines para regarlos. En poco tiempo, éstos rebosan de vegetación, y las copas de sus árboles se divisan incluso desde fuera de las dobles murallas de la ciudad. Nabucodonosor ha conseguido crear un aparente monte cubierto de exuberante vegetación.

Sobre los jardines colgantes existe también una leyenda, que sitúa la fecha de su construcción cinco siglos antes, a finales del s. XI a. de C. Según esta leyenda, es la reina Shammuramat, llamada Semíramis por los griegos, quien construye los jardines. Shammuramat gobierna el imperio asirio como regente de su hijo Adadnirari III, desde la muerte del rey Shamsidad V, y además de construir los jardines colgantes, conquista la India y Egipto. Termina sus días suicidándose a causa del dolor que le produce descubrir una conjura contra ella urdida por su hijo. Algo trágico... como era de esperar en una leyenda, sobre todo teniendo en cuenta que fueron los griegos quienes la recogieron.


En el año 539 a. de C. los persas conquistan Babilonia, y ello provoca su decadencia. La población va menguando y, para cuando Alejandro Magno visita la ciudad (sobre el 326 a. de C.) parte de ésta se encuentra en ruinas. La destrucción definitiva tiene lugar en el año 126-125 a. de C., fecha en la que el parto Evemero conquista la ciudad y la incendia. Desde entonces no quedan más que las ruinas a orillas del Éufrates.

3-EL TEMPLO DE ARTEMISA EN EFESO


Nuestro viaje nos lleva ahora a tierras helenas, donde buscaremos la mayor parte de las maravillas que nos faltan por ver. La Grecia Clásica es el auténtico faro de la civilización de su tiempo, y no es de extrañar que sea allí donde los artistas florecen y realizan sus más excelsas obras.

Nos detenemos en la ciudad de Efeso, a orillas del mar Jónico y junto a la desembocadura del pequeño Meandro. Seguimos a mediados del siglo VI AC. Ésta ciudad ha sido desde siempre un centro de culto a la diosa Artemisa, llamada después Diana por los romanos. Se trata de la soberana de la naturaleza selvática y de los animales salvajes, y suele representársela acompañada por una cierva y armada de arco y flechas. Desde muy antiguo, existe un templo dedicado a la diosa. Pero en el siglo VII a. de C., la ciudad sufrió el ataque de los sumerios y aunque se resistió, no se pudo evitar que el templo se incendiara y fuera destruido.


Pero ahora casi toda la Jonia ha pasado a manos del rey de Lidia: Creso.
Sí, el mismo que ha inventado esos nuevos y extraños discos de metal llamados "creseidas" que se suponen que van a hacer las veces de moneda. Nadie sabe dónde pararán estos inventos modernos... pero Creso es un protector de sabios y artistas, el mismo Esopo ha pasado por su corte, y se propone levantar un nuevo templo a Artemisa, mejor que el anterior.

Para ello se lleva a cabo una suscripción pública; todos los ciudadanos donarán algo de dinero para el templo nuevo.

Finalmente el templo se levanta. Cuenta con 127 impresionantes columnas de 20 metros de altura, algo descomunal para su época, y cuenta con esculturas de Escopas.

Este templo ilumina la ciudad de Efeso durante dos siglos. Sin embargo, llega la tragedia: en el año 356 a. de C., el pastor Eróstrato destruye el templo incendiándolo, por puro afán de fama. Sin duda consiguió lo que buscaba, como lo prueba el que recordemos su nombre. Pero tal vez consiguió algo más que eso: demostrar a todos los hombres que por cada Escopas hay un Eróstrato, y que las maravillas construidas por el hombre deben ser protegidas del propio hombre.


Esta historia tiene un epílogo: cuando alrededor de veinte años después, Alejandro Magno ocupó la ciudad de Efeso y residió en ella por un tiempo, escuchó la historia del templo de Artemisa y descubrió que había sido destruído la misma noche en que había nacido él. Al parecer fué esta coincidencia la que le impulsó a reconstruir el templo, durante el tiempo que permaneció en Efeso instaurando un gobierno democrático. Una vez terminado, el nuevo templo (que hace el número tres en nuestra cuenta) contó con un retrato del propio Alejandro, pintado por Apeles, el más famoso pintor griego. Aunque el templo de Artemisa no recuperó jamás su pasado esplendor, al menos su antigua fama le valió una pronta reconstrucción.

4-LA ESTATUA DE ZEUS EN OLIMPIA


Nuestro viaje saltará ahora un siglo adelante en el tiempo, pero en compensación no recorreremos apenas distancia; tan sólo unos pocos kilómetros hasta Olimpia, en la Élida, centro religioso de la antigua Grecia donde se rinde culto al principal de entre todos los dioses: Zeus. Aquí, bajo el monte Olimpo (uno de los muchos que hay en Grecia con ese nombre), se celebra cada cuatro años la más famosa de las festividades en honor de Zeus: la Olimpiada.

Estamos en el 450 a. de C., y se está terminado de construir el impresionante templo de Zeus, para el que no se escatiman medios: los mejores escultores de Grecia trabajan en él. Los dos frontones representan los preparativos de la competición atlética de Pelópe y Enomao para obtener la mano de Hipodamia, y la lucha entre lapitas y centauros en la boda de Piritoo. Estos frontones, junto con las metopas, serán considerados no sólo el más importante conjunto escultórico del estilo severo, sino las más notables series escultóricas del arte clásico griego junto con el Partenón.
Su autor, de quien no se sabrá el nombre, será conocido como el Maestro de Olimpia.


Pero nos queda por ver lo mejor del templo: la estatua de Zeus. Para realizarla se ha llamado nada menos que al más famoso de entre todos los escultores de la antigua Grecia: Fidias. Su estilo, por su plasticismo, por su equilibrio en la elección de temas, en la composición y en la gradación de los efectos del claroscuro, por su representación esencial, sin ser detallada del cuerpo humano, por su majestuosa y noble serenidad, y por su armonía de formas, consigue ser la encarnación de los ideales del arte griego.


Fidias pone manos a la obra representando al dios sentado sobre un trono. La inmensa estatua no puede ser más llamativa a la vista: Fidias emplea la técnica crisoelefantina, consistente en cincelar sobre marfil y añadir por encima oro, representando la carne y las vestiduras del personaje. Y además de todo esto, el trono está adornado por diversas pinturas. Fidias empleará más de un año en llevar a cabo la estatua, lo cual nos da idea de su gran tamaño y de su detalle y calidad.

A diferencia de las dos maravillas anteriores, esta va a perdurar durante bastante tiempo: unos mil años, hasta que los terremotos que se producirán en el siglo VI d. de C. destruyan el templo en su mayor parte.

5-EL MAUSOLEO DE HALICARNASO

Volvemos a saltar un siglo hacia delante en el tiempo, y llegamos al año 352 a. de C. Las maravillas del mundo, que ya sumaban cuatro, vuelven a ser sólo tres, puesto que Eróstrato acaba de consumar su infame obra destruyendo el templo de Artemisa, hace apenas cuatro años. Pero el relevo va a llegar enseguida: una nueva maravilla será construída, dándose tales coincidencias entre ambas, que parece obra de una magia bienhechora decidida a compensar la pérdida.


Estamos en Halicarnaso, en la Caria, un estado del Asia Menor. Se trata de una ciudad importante; incluso cuenta con una fábrica de esos extraños discos de metal inventados por Creso que hacen las veces de moneda.
La ciudad luce esplendorosa: Mausolo ha conseguido llevarla a su cenit. Pero ahora la ciudad está de luto, pues Mausolo acaba de fallecer. ¿Qué tumba, que sepulcro será suficiente para un rey así? Su viuda Artemisa toma la decisión de no reparar en gastos; y de pronto, es como si toda la ciudad supiera que nunca más volvería a vivir una época tan magnífica como la de Mausolo, disponiéndose a demostrar su reconocimiento haciéndole la sepultura más especial de la historia, tanto, que dará nombre a los "mausoleos" que se construirán en el futuro.

Ya están en marcha las obras: los arquitectos Sátiros y Piteos construyen un podio rectangular; sobre él, se levanta una columnata de orden jónico; sobre ésta, una pirámide escalonada. Y en lo más alto, una estatua representando una cuádriga. El conjunto alcanza la vertiginosa altura de 50 metros. Pero eso no es todo; los mejores escultores griegos de la época esculpirán las estatuas y relieves: Briaxis, Timoteo, Leucastes y el famoso Escopas (que nada tiene que ver, salvo el nombre, con el escultor del templo de Artemisa).

Pero esta maravilla, va a ser la menos duradera de todas. Apenas dieciséis años más tarde, en el 334 a. de C., Alejandro Magno destruye la ciudad. Él, que ordenara reconstruir el templo de Artemisa en Efeso, muestra ahora su semblante destructor. Y aunque poco después los reyes egipcios conquistarán la Caria y reconstruirán Halicarnaso, ciudad que permanecerá hasta nuestros días (hoy llamada Bodrum), del mausoleo sólo nos quedará la leyenda.

6-EL FARO DE ALEJANDRÍA

Vamos a saltar ahora unos setenta años hacia delante, y a viajar de nuevo a Egipto. Estamos en el año 280 a. de C., y desde que Alejandro liberó a este estado del dominio persa, los lazos entre griegos y egipcios se han estrechado: tanto, que su rey Ptolomeo II, es de origen griego.
Esta fusión de egipcios y griegos tiene especial relevancia en la capital, Alejandría. Fundada por Alejandro Magno en el 332 a. de C., esta próspera ciudad se ha convertido en el más importante foco de la cultura helena.


Pero esta vez la maravilla no va a ser un templo, ni ninguna otra clase de edificio, sino una torre. Para guiar a los numerosos barcos que acuden constantemente a Alejandría, el rey ha decidido construir una torre que identifique el lugar de la ciudad desde muy lejos. Para ello han escogido la pequeña isla de Faros, frente al puerto.

El arquitecto Sostrato de Cnido dirige las obras, que conforme avanzan, adquieren un aspecto más impresionante. Cuando se finaliza, la torre mide más de 120 metros. En su cima está equipada con espejos metálicos para señalar su posición reflejando la luz del sol; y por las noches, a falta de luz, se enciende una hoguera.


Esta maravilla va a durar bastante: unos mil seiscientos años, hasta que en el siglo XIV los terremotos la derriben. De nuevo, como el Mausoleo, el nombre de esta maravilla - que en realidad es "la Torre de Faros"- designará a todas las construcciones posteriores realizadas con el fin de mostrar el camino a los barcos.

7-EL COLOSO DE RODAS

Sin viajar apenas en el tiempo (apenas unos tres años hacia delante, hasta el 277 a. de C.) vamos a presenciar la construcción de la última de las maravillas. Para ello abandonaremos el Asia Menor y nos internaremos en el mar Egeo. Allí, apenas a 18 kilómetros de la costa, encontraremos la más importante de las islas Espóradas: Rodas. Es importante porque su ciudad, del mismo nombre, es la capital del Dodecaneso, archipiélago compuesto por una veintena de islas. La situación geográfica de Rodas es privilegiada para comerciar con Grecia, el Asia Menor e incluso Egipto, y gracias a eso se ha convertido en el centro comercial más importante del Mediterráneo Oriental.


Por ello no es extraño que alguna potencia de la época ambicione apoderarse de Rodas e intente tomarla, como Macedonia. Su rey, Demetrio I Poliarcetes, es conocido por su experiencia en el arte militar, sobre todo en los asedios, tanto, que en futuro los militares se referirán a la técnica de asediar fortalezas como "Poliarcética". Demetrio ataca pues, Rodas. Sin embargo, la ciudad resiste los embates de este temible guerrero, quien finalmente se retira.

Para celebrar este triunfo, la ciudad decide elevar un monumento memorable a Helios, dios del sol, en el puerto. Dirige las obras Cares de Lindos, discípulo de Lisipo. La estatua va creciendo, primero el armazón de hierro y sobre él las placas de bronce. Finalmente, cuando la estatua se termina mide nada menos que 32 metros de altura. Su fama atraerá a viajeros de todo el mundo antiguo para verlo.


Con el Coloso, llegaron a ser cinco las maravillas del mundo que se alzaban sobre la faz de la tierra, número que no fué superado sino que fué decreciendo. Cincuenta y seis años después de su construcción, en el 223 a. de C., un terremoto derribó al Coloso. Los habitantes de Rodas, siguiendo el consejo de un oráculo, decidieron dejar yacer sus restos donde cayeron. Y así fué, durante cerca de novecientos años, hasta que en el 654 d. de C. los musulmanes se apoderaron del bronce como botín en una incursión.

La leyenda del Coloso tendió, cómo no, a agrandar sus proporciones. Durante el renacimiento el Coloso fué "descubierto" por los humanistas, al igual que el resto del arte griego, y su magnificencia fué remarcada haciéndose circular que su tamaño era tal que los barcos pasaban entre sus piernas. Pero el Coloso no necesita de mitificación: habrá de pasar la friolera de dos mil años hasta que el hombre realice otra estatua colosal que la supere, lo cual lo dice todo.

martes, 2 de diciembre de 2008

walburga



Noche de Walpurgis, 30 de Abril


Sobre todo en el norte de Europa se festeja hasta las fechas de hoy esta ancestral fiesta de fertilidad. Su nombre, el que conocemos hoy, viene de una santa abadesa de Inglaterra que vivió de 710 al 779 con nombre de Walpurga o Walburga. Según mitología la fiesta se festeja la primera noche de luna llena entre el equinoccio de primavera y verano. Pero por tradición es la noche del 30 de abril al 1 de mayo.

Aunque hoy en día se supone que no nos fue trasmitido el nombre ancestro de esta fiesta bien el nombre de Walpurgis o Walburga nos da algunas pistas etimológicas. De hecho la Santa que supuestamente dio nombre a esta fiesta fue santificada por el Papa Adriano II un 1 de Mayo y es, entre otros, patrona contra los espíritus malignos. Pero también se puede deducir que era una protectora de las cosechas ya que se la suele representar con tres mazorcas de maíz. Aunque dudo que su existencia no es verídica, me aventuro a suponer que esta santificación es un estratagema como el de la santificación de la diosa irlandesa Brígida en concepto “si no puedes con tus enemigos une te a ellos”, practica muy dada en la cristiandad. Así que por etimología hay varias posibles interpretaciones. Por una lado esta la de la silaba wal/val como pre silaba de Valkirias y por ello una conexión con los caídos y Odin y Freya como sus protectores. Pero también se encuentra en Walus, el bastón rúnico que en antiguo nórdico es denominado Völva y nos remite otra vez a Odin. Por ultimo la palabra inglesa de “Wald-Burga” con el significado de protección de la floresta que gira entorno a los dioses de la fertilidad, los vana Freyr, Freya y Nerthus, a la diosa Madre Frigg y a la misma tierra Jörd.


En Alemania Walpurgis esta conocida como noche de brujas que en esta noche suben al monte Blogsberg del cual hay varios en Alemania, el mas famoso es el Brokken en la región del Harz, para bailar alrededor del fuego. Según el folclore regional estas brujas se encontraban en un sitio antes fijados para volar sobre sus escobas hasta el monte. También se utilizaban ungüentos hechas de muerdago, datura, hierba de san Juan, belladona, cicuta y solanácea que embriagaban y animaban los deseos sexuales. Como anécdota hay que añadir que últimamente el Thale al pie del Brokken se han elaborado según viejas recetas medievales estos ungüentos, pero su venta a turistas fracaso por las leyes vigentes en Alemania. Las festividades celebradas en esta montaña tenían un carácter muy sexual por lo que a partir del siglo XVI se junto el concepto del sabbath de brujas en el cual, según las autoridades eclesiásticas de la época se hacia magia dañina se pervertía símbolos cristianos, se fornicaba con el demonio y se mataba a niños inocentes.

Pero volvemos a las fiestas primitivas de nuestros antepasados paganos. En la misma región del Harz los habitantes originarios festejaban la llegada de la primavera con sacrificios y con ello la derrota del invierno y se ahuyento los espíritus malignos con disfraces y mascaras, mucho ruido y grandes hogueras. Se dice que también se festejaba las bodas de Wotan. Esto va en concordancia con la fiesta celtica de Beltane/Beltain que se celebra el mismo día. De hecho el motivo de la fiesta es el mismo, la victoria de la primavera sobre el invierno, que se muestra en la floresta del manzano, símbolo de la vida eterna celta. Estas fiestas también tenían un carácter pronunciadamente sexual ya que se festejaba la unión de la diosa con el dios de verano, unión que durante mucho tiempo fue simbolizado públicamente mediante la unión de sacerdotisa y sacerdote y a continuación con la colaboración de todos los participantes.

También los germanos conocían esta festividad de primavera. Los festejaron con alegres fogatas y consultaron su porvenir a las mujeres sabias las Hagenzussa. Ya que la noche de Walpurgis es especialmente dada a la magia y los velos entre los mundos son especialmente transparentes en esta noche.


Evidentemente con el comienzo de la cristianización se demonizo todas estas fiestas, como arriba ya descrito y las mujeres sabias estaban sirvientes del mal y demonio, aunque se seguía bailando al rededor de los fuegos pero ahora para alejar las brujas y demonios y la gente paseaba por las calles haciendo ruido no para dar la bienvenida a la primavera sino para alejar los malos espiritos. Para protegerse de las brujas se pintaban cruces blancas en las puertas y se derramaba sal en los portales, las escobas esta noche se ponían con el ramaje arriba. En algunas regiones era tradición que los jóvenes paseaban las calles haciendo sonar látigos.

Referente las fiestas de las tradiciones nórdicas hoy en día hay dos vertientes. La primera es la rama Asátru que festeja Walpurgis como fiesta de la fertilidad, del amor y también a la magia seidhr, dedicada a Freya. Es una noche propicia para la adivinación pero también para la curación. Toda clase de espíritus están rondando esta noche por ahí, troles y gigantes así que es prudente proteger las casas con ancestros hechizos y dejarles algo de pan, galletas de avena y hidromiel en el alfeizar o el umbral de la puerta.
Si en el Disenthing se festejaba el pronto despertar de la tierra y en Ostara el mismo despertar ahora si que esta renovada energía de la tierra es visible en todas las partes. Por doquier brota nuevo claro verde, los animales de larga gestación acaban de dar luz o lo harán en breve, mientras los de corta gestación están ahora en plena brama. También nosotros nos dejamos contagiar de tanta energía renovada, sentimos que es el tiempo de la salida, tiempo para nuevas empresas pero también sentimos la llamada del amor, por ello esta fiesta también es una fiesta de amor, semejante a la cristiana San Valentín. En esta noche es costumbre dejar cartas y regalos para los bienamados en las ventanas y puertas antes de que sale el sol el 1 de Mayo.

La segunda vertiente es la de la rama Odinista, que festejan las nueve noches del auto sacrificio de Odin, en las cuales estaba colgado del Yggdrasil y que culmina en esta misma noche con la obtención de las runas. Odin en este momento murió por un instante y en este momento se apagaron las luces en los nueve reinos. Toda clase de criatura oscura vago a sus anchas por estos nueve mundos. Con el ultimo instante de la medianoche las luces se encendían de nuevo y también se encienden las hogueras a esta precisa hora. Es una noche de gran magia y propicio a toda clase de visiones.. También es el fin del reinado de la caza salvaje, que reinaba todo el invierno sobre los cielos nocturnos, protegiendo los prudentes y dando caza a los atrevidos. Curiosamente hay una costumbre cristiana del medievolo en la cual los nueve días antes del 1. de Mayo se hice sonar las campanas de los campanarios para ahuyentar los espíritus malignos y las brujas.

Tradiciones:


La tradición mas representativa y en mas sitios practicados es el de poner el árbol de mayo. Normalmente se escoge un abedul pero también abetos según región, se le quita todas las ramas menos las de la punta y se le quita la corteza. Ahora es coronado con un anillo de ramas verdes y con cintas en colores y puesto en la plaza del pueblo y el día del 1 de Mayo se baila a su alrededor. En bavaria este árbol esta decorado con cintas azul o rojas o pintado y se le cuelgan símbolos tanto de la historia del pueblo pero también del trabajo o los gremios del pueblo. En escandinavia tiene forma de cruz y esta decorado con ramas de abeto.
Aparte de que este árbol simboliza al Yggdrasil, también es un símbolo de fertilidad. De hecho es un símbolo falico de la época que las personas se unían en los campos para así pasar la fertilidad humana a la tierra. Muchos de los rituales y tradiciones tienen la pareja como tema central. Aun hoy es tradición que el novio pone un árbol de mayo delante de la casa de la novia, símbolo que se quiere casar con ella y que el padre de la novia al final tendrá que quitar.

En muchos sitios del norte se eligen una reina y un rey de mayo que son coronados con coronas de flores recogidas por las jóvenes del pueblo la misma mañana.

Otra tradición en el sur de Alemania es que los jóvenes se disfrazan con ramos de abedul y sauce hasta no poder reconocerlos mas y pasear así por el pueblo, si alguien les reconocía y los llamaba por su nombre podían quitarse el disfraz y regalar las ramas a los transeúntes, y estos los exponían en sus respectivas ventanas.

En el Wendland una región en Alemania hay varios megalitos llamados piedras de la novia. Se dice que era tradición que las jóvenes en la noche de Walpurgis se deslizaban con los genitales desnudos sobre estas piedras para encontrar novio.

Otra tradición dice que en la noche de Walpurgis una llama azul esta visible en los sitios donde hay tesoros escondidos.

También los fuegos de Walpurgis tenían sus significados, así que el saltar encima del fuego tenia que liberar a la persona de los espiritos malignos, el pasear entre dos fuegos de Walpurgis tenia que purificar y alejar las epidemias. Las mismas hogueras se encendían para alejar el mal. También se paseaba el ganado por el humo de estos fuegos para purificarlos y prevenirlo de enfermedades. Especial mención se merecen los fuegos de necesidad que se encendían con el viejo método de frotar una varilla sobre madera y paja y que estos fuegos podían cambiar pero también fortalecer el destino.

Al tratarse de una noche mágica en donde los troles y gigantes están sueltos, aparate del arriba mencionado plato con ofrendas para apaciguar su ira, existían un sin fin de bendiciones para el ganado y los animales de granja pero también para la leche y la cerveza que incluyen una especial prohibición a los troles y gigantes de hielo. Y después de purificar el ganado en el fuego se mantenía bien encerrado y protegido con cordeles rojos que se ataban en tejos y cruces.

Una versión moderna es el baile de Walpurgis, en el cual se baila y canta toda la noche y se bebe Maibowle (un vino aromatizado con asperula odorata), del cual no se debía beber mucho ya que el ligeramente venenoso ingrediente de la asperula odorata produce dolor de cabeza.



En Suecia y Finlandia es la noche de las grandes fiestas estudiantiles, que están toda la noche bailando y cantando alrededor de los fuegos de mayo. En Finlandia tienen una bebida tradicional que se elabora especialmente para esta fiesta llamado sima.

Receta de Sima

Ingredientes:
- 500 gr. de azucar de caña (marrón)
- 500 gr. de azúcar (blanco)
- 2- 3 limones
- 5 l. de agua
- ½ cucharada de levadura de pan
- cuando se vierte en botella pasas y azúcar



Elaboración:
Lavar y pelar los limones. Verter el agua hirviendo sobre la piel de limón y el azúcar. Quitarle al limón los restos de piel blanca y cortarlas en rodajas y añadirlo al agua ya un poco enfriado. Cuando el agua llega a temperatura corporal se añade la levadura. Ahora se deja fermentar durante un día y medio. Lo mejor es hacer esto en bidones de agua de 8 litros para que habrá algo de espacio para los gases de la fermentación, importante es de no cerrar el bidón sino cubrirlo con un trapo limpio y bien atarlo, así pueden salir los gases de la fermentación por no puede entrar suciedad o moscas.

Ahora se quitan las rodajas de limón y la piel, se filtra y se vierte en botellas. A cada botella se añade una cuchara de azúcar y algunas pasas. No cerrar fuerte las botellas el primer día, el día siguiente se pueden cerrar fijamente y ser depositados en el frigorífico. También aquí recomiendo botellas con mas espacio que el liquido (aprox. 1 litro por botella) ocupa por los restos de gases de fermentación. El sima esta en pocos días listo, en el momento que las pasas nadan arriba, pero queda aun mejor si se le deja una semanita mas en el frigorífico.

CELEBRACIONES PAGANAS ODINISTAS.


Las festividades principales:


Son las fiestas más importantes y relevantes dentro de la religión Ásatrú.

12 y 15 de Octubre- Veturnætur, Winternights o Noche de Invierno- Recuerdo de los antepasados difuntos y agradecimiento por la última cosecha/proyectos del ciclo anual. Es el inicio del invierno.

19-20 de Diciembre - Moðirnættur, Mothenights o Noche de las Madres- Noche de vigilia antes de la llegada del Jól en la que se plantean los deseos para el próximo año

21-30 de Diciembre –Solsticio de Invierno o verano segun el hemisferio,Jól o Yule- Renacimiento del dios solar Balder. Coincide con la elevación del Sol dentro del ciclo anual y el inicio de la época luminosa.

19-25 de Enero - Thorrablót, Blót a Thór. Ceremonia dedicada al Dios Thór. Es una fiesta tradicional islandesa en la cual se practican las costumbres tradicionales

2 de Febrero- Disablót, Disting- Las diser despiertan después de la época oscura del ciclo anual. Se siembra la semilla para una futura buena cosecha (proyectos).

21 de Marzo- Ostara, Eoster (Equinoccio de Primavera) – la época luminosa está en su centro. Celebración del despertar de la naturaleza que dará sus frutos en la época de la cosecha y ceremonia a la diosa Idunn.

1 de Mayo-Walpurgis, Valborgs aften- la noche de Freja. Es la fiesta en honor a la diosa vanir Freja (también conocida como Frøja, Froeja, Freya o Frejya). Se hacen ofrendas a esta diosa para que la futura cosecha sea fértil.

21 de Junio- Midsummarblót –Muerte del dios solar Balder. Coincide con el inicio de la bajada del Sol dentro del ciclo anual y el inicio de la época oscura.

1 de Agosto –Freyfaxi- Fiesta de la cosecha. Fiesta en honor a la diosa Sif por la cosecha que se empieza a cosechar y petición para que el resto de la misma sea fructífera.

21 de septiembre- Haustblót (blót del equinoccio de otoño)- la época oscura está en su parte media y se pide a los Æsir, Vanir y Diser que la cosecha siga siendo fructífera hasta el final en Vættur nætur.