domingo, 27 de julio de 2008

LOS DIOSES DEL OLIMPO




La Mitología griega son creencias y observancias rituales de los antiguos griegos, cuya civilización se fue configurando hacia el año 2000 a.C. Consiste principalmente en un cuerpo de diversas historias y leyendas sobre una gran variedad de dioses. La mitología griega se desarrolló plenamente alrededor del año 700 a.C. Por esa fecha aparecieron tres colecciones clásicas de mitos: la Teogonía del poeta Hesíodo y la Iliada y la Odisea del poeta Homero.
La mitología griega tiene varios rasgos distintivos. Los dioses griegos se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan también sentimientos humanos. A diferencia de otras religiones antiguas como el hinduismo o el judaísmo, la mitología griega no incluye revelaciones especiales o enseñanzas espirituales. Prácticas y creencias también varían ampliamente, sin una estructura formal — como una institución religiosa de gobierno — ni un código escrito, como un libro sagrado.
Principales dioses
Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o firmamento, el mar y la tierra. Los doce dioses principales, habitualmente llamados Olímpicos, eran Zeus, Hera, Hefesto, Atenea, Apolo, Artemisa, Ares, Afrodita, Hestia, Hermes, Deméter y Poseidón.


Zeus es en la mitología griega, dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Zeus corresponde al dios romano Júpiter.
Según Homero, se consideraba a Zeus padre de los dioses y de los mortales. No fue el creador de los dioses y de los hombres; era su padre, en el sentido de protector y soberano tanto de la familia olímpica como de la raza humana. Señor del cielo, dios de la lluvia y acumulador de nubes blandía el terrible rayo. Su arma principal era la égida, su ave, el águila, su árbol, el roble. Zeus presidía a los dioses en el monte Olimpo, en Tesalia. Sus principales templos estaban en Dódona, en el Epiro, la tierra de los robles y del templo más antiguo, famoso por su oráculo, y en Olimpia, donde se celebraban los juegos olímpicos en su honor cada cuatro años. Los juegos de Nemea, al noroeste de Argos, también estaban dedicados a Zeus.
Zeus era el hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de las divinidades Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera. De acuerdo con uno de los mitos antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno de sus hijos, los devoraba cuando nacían. Al nacer Zeus, Rea envolvió una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, donde se alimentó con la leche de la cabra Amaltea y lo criaron unas ninfas. Cuando Zeus llegó a la madurez, obligó a Cronos a vomitar a los otros hijos, que estaban deseosos de vengarse de su padre. Durante la guerra que sobrevino, los titanes lucharon del lado de Cronos, pero Zeus y los demás dioses lograron la victoria y los titanes fueron enviados a los abismos del Tártaro. A partir de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades recibieron el poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres gobernaron en común la tierra.
En la obra del poeta griego Homero, Zeus aparece representado de dos maneras muy diferentes: como dios de la justicia y la clemencia y como responsable del castigo a la maldad. Casado con su hermana Hera, es padre de Ares, dios de la guerra; de Hebe, diosa de la juventud; de Hefesto, dios del fuego, y de Ilitía, diosa del parto. Al mismo tiempo, se describen las aventuras amorosas de Zeus, sin distinción de sexo (Ganimedes), y los recursos de que se sirve para ocultarlas a su esposa Hera.
En la mitología antigua son numerosas sus relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido descendencia. También sus metamorfosis en diversos animales para sorprender a sus víctimas, como su transformación en toro para raptar a Europa (véase Los toros y la mitología). En leyendas posteriores, en las que se introducen otros valores morales, se pretende mostrar al padre de los dioses a salvo de esta imagen libertina y lasciva. Sus amoríos con mortales se explican a veces por el deseo de los antiguos griegos de vanagloriarse de su linaje divino.
En la escultura, se representa a Zeus como una figura barbada y de apariencia regia. La más famosa de todas fue la colosal estatua de marfil y oro, del escultor Fidias, que se encontraba en Olimpia.



Hera es en la mitología griega, reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, hermana y mujer del dios Zeus. Hera era la diosa del matrimonio y la protectora de las mujeres casadas. Era madre de Ares, dios de la guerra, de Hefesto, dios del fuego, de Hebe, diosa de la juventud, y de Ilitía, diosa del alumbramiento. Mujer celosa, Hera perseguía a menudo a las amantes y a los hijos de Zeus. Nunca olvidó una injuria y se la conocía por su naturaleza vengativa. Irritada con el príncipe troyano Paris por haber preferido a Afrodita, diosa del amor, antes que a ella, Hera ayudó a los griegos en la guerra de Troya y no se apaciguó hasta que Troya quedó destruida. Se suele identificar a Hera con la diosa romana Juno


Hefesto, en la mitología griega, dios del fuego y de la metalurgia, hijo del dios Zeus y de la diosa Hera o, en algunos relatos, sólo hijo de Hera. A diferencia de los demás dioses, Hefesto era cojo y desgarbado. Poco después de nacer lo echaron del Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma Hera, quien lo rechazaba por su deformidad; según otras, fue Zeus, porque Hefesto se había aliado con Hera contra él. En la mayoría de las leyendas, sin embargo, volvió a ser honrado en el Olimpo y se casó con Afrodita, diosa del amor, o con Áglae, una de las tres gracias. Era el artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y joyas. Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna, volcán siciliano. A menudo se identifica a Hefesto con el dios romano del fuego, Vulcano. La Fragua de Vulcano es el cuadro en el que Velázquez da su visión sobre los dioses transformándolos en campesinos o artesanos humanos
Hefesto, en la mitología griega, dios del fuego y de la metalurgia, hijo del dios Zeus y de la diosa Hera o, en algunos relatos, sólo hijo de Hera. A diferencia de los demás dioses, Hefesto era cojo y desgarbado. Poco después de nacer lo echaron del Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma Hera, quien lo rechazaba por su deformidad; según otras, fue Zeus, porque Hefesto se había aliado con Hera contra él. En la mayoría de las leyendas, sin embargo, volvió a ser honrado en el Olimpo y se casó con Afrodita, diosa del amor, o con Áglae, una de las tres gracias. Era el artesano de los dioses y les fabricaba armaduras, armas y joyas. Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna, volcán siciliano. A menudo se identifica a Hefesto con el dios romano del fuego, Vulcano. La Fragua de Vulcano es el cuadro en el que Velázquez da su visión sobre los dioses transformándolos en campesinos o artesanos humanos
Ártemis o Artemisa (mitología), en la mitología griega, una de las principales diosas, equivalente de la diosa romana Diana. Era hija del dios Zeus y de Leto y hermana gemela del dios Apolo. Era la rectora de los dioses y diosas de la caza y de los animales salvajes, especialmente los osos, Ártemis era también la diosa del parto, de la naturaleza y de las cosechas. Como diosa de la luna, se la identificaba a veces con la diosa Selene y con Hécate.
Aunque tradicionalmente amiga y protectora de la juventud, especialmente de las muchachas, Ártemis impidió que los griegos zarparan de Troya durante la guerra de Troya mientras no le ofrecieran el sacrificio de una doncella. Según algunos relatos, justo antes del sacrificio ella rescató a la víctima, Ifigenia. Como Apolo, Ártemis iba armada con arco y flechas, armas con que a menudo castigaba a los mortales que la ofendían. En otras leyendas, es alabada por proporcionar una muerte dulce y plácida a las muchachas jóvenes que mueren durante el parto.
Apolo (mitología), en la mitología griega, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era también llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber matado a Pitón, la legendaria serpiente que guardaba un santuario en las montañas del Parnaso. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía. Su oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira. Era también un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los juegos olímpicos. Su hermana gemela, Ártemis, era la guardiana de las muchachas, mientras que Apolo protegía de modo especial a los muchachos. También era el dios de la agricultura y de la ganadería, de la luz y de la verdad, y enseñó a los humanos el arte de la medicina.
Algunos relatos pintan a Apolo como despiadado y cruel. Según la Iliada de Homero, Apolo respondió a las oraciones del sacerdote Crises para obtener la liberación de su hija del general griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas de pestilencia en el ejército griego. También raptó y violó a la joven princesa ateniense Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión. Tal vez a causa de su belleza física, Apolo era representado en la iconografía artística antigua con mayor frecuencia que cualquier otra deidad.


Atenea, una de las diosas más importantes en la mitología griega. En la mitología latina, llegó a identificarse con la diosa Minerva, también conocida como Palas Atenea. Atenea salió ya adulta de la frente del dios Zeus y fue su hija favorita. Él le confió su escudo, adornado con la horrorosa cabeza de la gorgona Medusa, su 'égida' y el rayo, su arma principal. Diosa virgen, recibía el nombre de Parthenos ('la virgen'). En agradecimiento a que Atenea les había regalado el olivo, el pueblo ateniense levantó templos a la diosa, el más importante era el Partenón, situado en la Acrópolis de Atenas.



Afrodita, en la mitología griega, diosa del amor y la belleza, equivalente a la Venus romana. En la Iliada de Homero aparece como la hija de Zeus y Dione, una de sus consortes, pero en leyendas posteriores se la describe brotando de la espuma del mar y su nombre puede traducirse como 'nacida de la espuma'. En la leyenda homérica, Afrodita es la mujer de Hefesto, el feo y cojo dios del fuego. Entre sus amantes figura Ares, dios de la guerra, que en la mitología posterior aparece como su marido. Ella era la rival de Perséfone, reina del mundo subterráneo, por el amor del hermoso joven griego Adonis.
Tal vez la leyenda más famosa sobre Afrodita está relacionada con la guerra de Troya. Eris, la diosa de la discordia, la única diosa no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, arrojó resentida a la sala del banquete una manzana de oro destinada "a la más hermosa". Cuando Zeus se negó a elegir entre Hera, Atenea y Afrodita, las tres diosas que aspiraban a la manzana, ellas le pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diese su fallo. Todas intentaron sobornarlo: Hera le ofreció ser un poderoso gobernante; Atenea, que alcanzaría una gran fama militar, y Afrodita, que obtendría a la mujer más hermosa del mundo. Paris seleccionó a Afrodita como la más bella, y como recompensa eligió a Helena de Troya, la mujer del rey griego Menelao. El rapto de Helena por Paris condujo a la guerra de Troya.


Hades, en la mitología griega, dios de los muertos. Era hijo del titán Cronos y de la titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se repartieron el universo después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades le fue concedido el mundo subterráneo. Allí, con su reina, Perséfone, a quien había raptado en el mundo superior, rigió el reino de los muertos. Aunque era un dios feroz y despiadado, al que no aplacaba ni plegaria ni sacrificio, no era maligno. En la mitología romana, se le conocía también como Plutón, señor de los ricos, porque se creía que tanto las cosechas como los metales preciosos provenían de su reino bajo la tierra.
El mundo subterráneo suele ser llamado Hades. Estaba dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y Tártaro, la región más profunda, donde se había encerrado a los titanes. Era un lugar oscuro y funesto, habitado por formas y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el anciano barquero Caronte conducía a las almas de los muertos a través de estas aguas. En alguna parte, en medio de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el palacio de Hades. Se representaba como un sitio de muchas puertas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros, situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. En posteriores leyendas se describe el mundo subterráneo como el lugar donde los buenos son recompensados y los malos castigados


Poseidón, en la mitología griega, dios del mar, hijo del titán Cronos y la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades. Poseidón era marido de Anfitrite, una de las nereidas, con quien tuvo un hijo, Tritón. Poseidón, sin embargo, tuvo otros numerosos amores, especialmente con ninfas de los manantiales y las fuentes, y fue padre de varios hijos famosos por su salvajismo y crueldad, entre ellos el gigante Orión y el cíclope Polifemo. Poseidón y la gorgona Medusa fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo alado.
Poseidón desempeña un papel importante en numerosos mitos y leyendas griegos. Disputó sin éxito con Atenea, diosa de la sabiduría, por el control de Atenas. Cuando Apolo, dios del sol, y él decidieron ayudar a Laomedonte, rey de Troya, a construir la muralla de la ciudad, éste se negó a pagarles el salario convenido. La venganza de Poseidón contra Troya no tuvo límites. Envió un terrible monstruo marino a que devastara la tierra y, durante la guerra de Troya, se puso de lado de los griegos.
El arte representa a Poseidón como una figura barbada y majestuosa que sostiene un tridente y a menudo aparece acompañado por un delfín, o bien montado en un carro tirado por briosos seres marinos. Cada dos años, los Juegos Ístmicos, en los que había carreras de caballos y de carros, se celebraban en su honor en Corinto. Los romanos identificaban a Poseidón con su dios del mar, Neptuno.



Ares, en la mitología griega, dios de la guerra e hijo de Zeus, rey de los dioses, y de su esposa Hera. Los romanos lo identificaban con Marte, también un dios de la guerra. Agresivo y sanguinario, Ares personificaba la brutal naturaleza de la guerra, y era impopular tanto para los dioses como para los seres humanos. Entre las deidades asociadas con Ares estaban su consorte, Afrodita, diosa del amor, y deidades menores como Deimo (temor) y Fobo (terror), que lo acompañaban en batalla. Aunque feroz y belicoso, Ares no era invencible, ni siquiera frente a los mortales.
El culto de Ares, que se creía originario de Tracia, no estaba muy difundido en la antigua Grecia y, donde existía, carecía de significación social o moral. Ares era una deidad ancestral de Tebas y tenía un templo en Atenas, al pie del Areópago o colina de Ares


Hermes, en la mitología griega, mensajero de los dioses, hijo del dios Zeus y de Maya, la hija del titán Atlas. Como especial servidor y correo de Zeus, Hermes tenía un sombrero y sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con serpientes enrolladas y alas en la parte superior. Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio, protector de comerciantes y pastores. Como divinidad de los atletas, protegía los gimnasios y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como de la abundancia. A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo, embaucador y ladrón. El día de su nacimiento robó el rebaño de su hermano, el dios del sol Apolo, oscureciendo su camino al hacer que la manada anduviera hacia atrás. Al enfrentarse con Apolo, Hermes negó haber robado. Los hermanos acabaron reconciliándose cuando Hermes le dio a Apolo su lira, recién inventada. En el primitivo arte griego, se representaba a Hermes como un hombre maduro y barbado; en el arte clásico, como un joven atlético, desnudo e imberbe como puede comprobarse en el Hermes de Praxíteles, en Olimpia


Dioniso, dios del vino y del placer, estaba entre los dioses más populares. Los griegos dedicaban muchos festivales a este dios telúrico, y en algunas regiones llegó a ser tan importante como Zeus. A menudo lo acompañaba una hueste de dioses fantásticos que incluía a sátiros, centauros y ninfas. Los sátiros eran criaturas con piernas de cabra y la parte superior del cuerpo era simiesca o humana. Los centauros tenían la cabeza y el torso de hombre y el resto del cuerpo de caballo. Las hermosas y encantadoras ninfas frecuentaban bosques y selvas.


Breve Resumen de la Mitología Griega y Sus Principales Dioses
Representación de Zeus y Hera
Entre Tesalia y Macedonia, en la parte más árida de Grecia, la erguida silueta del monte Olimpo se levanta en una sucesión de contrafuertes rocosos. Su cumbre, coronada de centelleantes nieves eternas, parece elevarse fantásticamente hasta el cielo.
Sobre esta montaña magnífica e imponente se erguía el “Palacio del Rey del Cielo y de la Tierra”: Zeus (Júpiter). Los acentos de su cólera resonaban estruendosamente y repercutían con violencia entre las paredes de los abismos rocosos. Encima de su cabeza, en los blancos vapores de las nubes, un águila, símbolo de su poderío, volaba sin cesar.
Y sin embargo, mucho antes de que se extendiera sobre el mundo el reino de Zeus y de que se levantara en la cumbre del Olimpo su mansión inaccesible para los mortales, con sus torres y sus murallas doradas, otros dios gobernaba seres y cosas. Era Cronos, el inexorable dios del Tiempo, a quien los romanos identificaron con Saturno. Cronos, hijo de Urano (el Cielo), sabía que el Destino lo había condenado a ser destronado por uno de sus hijos varones.
Por esta razón se apresuraba a devorar a todos los hijos de sexo masculino que tenía con su esposa Rea. Ésta, cansada de verlos desaparecer uno tras otro en el estómago paterno, tuvo un día la idea de reemplazar al hijo que acababa de nacer, con un trozo de roca cuidadosamente envuelto en primorosos pañales. Cronos cayó en el engaño y Zeus pudo salvarse.
El niño fue criado secretamente sobre el monte Ida en la isla de Creta por coribantes y ninfas, y alimentado con leche de la cabra Amaltea (uno de sus cuernos rotos se transformó después en el “Cuerno de la Abundancia”). Para que Cronos no oyera llorar a su fatal heredero, los coribantes hacían gran alboroto alrededor de su cuna golpeando los escudos con los sables.
Zeus, ya mayor de edad, empezó por liberar a su padre cautivo de los titanes y después lo desterró del Olimpo.
Destronado, Cronos huyó, encontrando asilo en el país latino donde reinaba Juno. El tiempo en que Cronos vivió en Italia se llamó la Edad de Oro. Para defender el Olimpo, Zeus tuvo que sostener terribles combates. Según la leyenda, los gigantes habían sobrepuesto montañas —Pelión y Osa— una encima de otra, formando una escalera para asaltarlo. Mas fueron rechazados por Zeus que se valió de su arma irresistible: el rayo. Mientras tanto, el crimen empezaba a aparecer sobre la tierra, y Zeus se vio obligado a castigarlo en la persona de Licaón, rey de Arcadia. Ese príncipe cruel mataba a todos los extranjeros que se aventuraban •en sus Estados. Zeus se presentó en su reino pidiendo hospitalidad, y Licaón, como desafiando al poder supremo, le hizo servir en la comida carne de esclavo. Indignado, Zeus redujo a cenizas la mansión del perverso rey y lo transformó en lobo. Pero el dios todopoderoso, que con sólo fruncir el ceño hacía temblar el Universo, tenía que rendir cuentas al Destino (Fátum). A éste se lo representaba con el globo terrestre bajo sus pies y tenía en sus manos la urna que encierra el futuro y la suerte de dioses y de mortales. Fue, pues, el Destino quien dispuso la boda de Zeus con Hera (Juno), diosa vengativa, con rostro de blancura deslumbrante, protectora de hogares y familias, mujer de compañía agradable pero de carácter irascible, y extremadamente celosa.
Zeus, el diseño del rayo, gobernaba el Universo. Cerca de él estaba Hera (Juno), su esposa, madre de Helaistos (Vulcano) -
El Olimpo, era la más alta montaña griega, era la residencia de los dioses.
Cronos (Saturno), dios del Tiempo, era hilo de Urano y padre de Zeus (Júpiter). Su esposa, Rea, que los romanos llamaron Cibeles, era la diosa de la Tierra.
Palas Atenea (Minerva) era la diosa de la Sabiduría y de la Guerra. En el centro de su escudo estaba la cabeza de la Medusa que transformaba en piedra a aque7los que la miraban.
El “Carro del Sol” de Apolo (Febo) iba de un punto a otro del Cielo. Según cuenta la leyenda, sólo este dios era capaz de conducirlo.
De la unión de Zeus con Hera nació un hijo cuya fealdad produjo la indignación materna. Asiéndolo por un pie, Hera lo arrojó desde lo alto del Olimpo hasta la isla de Lemnos. Esa tremenda caída provocó al pobre Hefaistos (Vulcano) una cojera eterna.
Arrojado de la comunidad de los dioses se hizo herrero, estableciéndose en las islas Lípari y bajo el volcán Etna, en el centro de Sicilia. El fuego que brota de esa montaña es el de la fragua de Hefaistos, a quien Zeus encargó forjar el rayo. Los compañeros de Hefaistos son los Cíclopes. Zeus pidió también a Hefaistos la edificación de la morada olímpica y por recompensa le concedió la mano de la más bella de todas las diosas: Afrodita (Venus).
La flamante pareja presentaba un singular contraste: el marido no podía embellecer y la mujer no podía afearse. Por eso vivían separados y era muy difícil encontrarlos’ juntos. De todos los dioses el más hermoso era, sin duda alguna, Apolo (Febo). Hijo de Zeus y de Latona, había nacido, lo mismo que su hermana Diana, en la isla de Delos. Pero Diana había quedado aprisionada en las orillas con cadenas de plata. Desde su niñez, Apolo había mostrado su fuerza extraordinaria estrangulando con sus manos a la enorme serpiente Pitón; que se había arrastrado hasta su cuna. MAs adelante, para vengar a su hijo Asclepios (Esculapio), ful. minado por Zeus, Apolo mató a los Cíclopes forjadores del rayo. A su vez, en castigo, el padre de los dioses lo desterra, encargándole el cuidado de los rebaños de Admeto, esposo de Alcestes. Tiempo después, Apolo, en compañía de Poseidón (Neptuno), exilado como él, entró al servicio de Laome. donte para quien edificó las murallas de Troya. Al fin fue llamado al Cielo por su padre, quien le confió el Carro del Sol.
Desde ese día se lo pudo ver, con su cabellera de oro al viento, surcando el cielo de oriente a occidente en su carro arrastrado por briosos caballos. Las Horas lo acompañaban formando una comitiva rumbosa. Gustaba Apolo descansar sobre el Parnaso acompañíado por las nueve Musas.
Alrodita (Venus) nació de la espuma del mar. Era la diosa de la Belleza y del Amor. Se casó con Hefaistos, el más feo de los dioses.
Hefaistos (Vulcano) forjaba el rayo en compañía de los Cíclopes. Algunos ubicaban su fragua debajo del volcán
En cuanto a Hermes (Mercurio), aparecía siempre en lugares diferentes del Universo. Era el mensajero alado de los dioses. Se lo representa con sombrero de viaje, un bastón alado en las manos (el caduceo, alrededor del cual se enroscan dos serpientes) y alas en los pies.
Artemisa (Diana), hermana de Apolo, era la pálida y fría diosa lunar de los bosques. Su mayor placer era la caza, estaba siempre acompañada por una comitiva de ninfas, y perseguía incesantemente ciervos, lobos, jabalíes.
Palas Atenea (Minerva) era a la vez diosa de la Guerra y diosa de la Sabiduría. Su nacimiento se produjo en circunstancias extrañas. El padre de los dioses despertó un día con violentos dolores de cabeza, que le arrancaban gritos de dolor. Tomó todos los remedios de los cuales podían disponer entonces los dioses. Más todo fue en vano. Decidió, pues, ir hasta la fragua de Hefaistos y le exigió que le partiera el cráneo con un hacha.
Hízolo Hefaistos, obediente al pedido paterno, y cuál no sería la sorpresa general al ver surgir de la cabeza divina una maravillosa criatura, cuyos primeros actos no fueron los gritos clásicos de los recién nacidos, ni el pedir vino como Gargantúa, sino que empezó a discutir problemas filosóficos con las otras divinidades que habían asistido a ese fantástico nacimiento. Después del hachazo, el cráneo paterno se cerró como por arte de magia...
Sobre los mares reinaba Poseidón (Neptuno). Había luchado con Palas Atenea para dar su nombre a Atenas. Vencido por la diosa quiso vengarse noblemente con una acción brillante y creó el caballo. Se representa a Neptuno blandiendo un tridente con el cual podía, a su antojo, desencadenar las tempestades.
En la guerra de Troya, el rey del mar estaba a favor de los griegos, pero más tarde se enemistó con Ulises que había matado a su hijo Polifemo.

Fuente: Enciclopedia Encarta
BIBLIOTECA VIRTUAL HUGO VARGAS


Mitos y Leyendas

Sobre la elección de la más bella, El Juicio de Paris
Paris era hijo de Príamo y de Hécuba, reyes de Troya. Eris, la diosa de la discordia, la única no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, apareció al final de la celebración envuelta en una nube y lanzó en el banquete una manzana de oro que decía estar "destinada a la más hermosa". Zeus se negó a arrogar este título a una de las tres aspirantes: Hera, Atenea y Afrodita, por lo que éstas, finalmente pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diera su veredicto. Todas intentaron sobornarlo: Hera le ofreció ser un poderoso gobernante, Atenea una gran fama militar, y Afrodita le prometió la mujer más hermosa de la tierra. Ganó Afrodita y ésta tuvo que ayudarle a lograr a Helena, hija adoptiva de Tíndaro y esposa de Menelao, que vivía en Esparta. Paris llegó allí con un gran bajel y se dedicó a agradar a Helena. Al poco tiempo, Menelao tuvo que irse a Creta y Paris aprovechó para abrir su corazón a Helena, quien abjuró de su patria y se fue con él. Entonces, Menelao, Guerra de Troya. Durante esta guerra Paris luchó cobardemente contra los griegos y tuvo que ser rescatado varias veces por Afrodita pero finalmente fue herido por Filoctetes. Entonces, Paris volvió junto a Oenona, quien intentó curarlo compasiva y aún enamorada pero no lo consiguió: Paris murió a los pocos días y junto a él fue enterrada Oenona, que falleció de tristeza.

Sobre la crueldad de Hera, El nacimiento de dionisio
Sus padres fueron Zeus y Sémele. Hera, la celosa mujer de Zeus, cuando se dio cuenta de que su marido estaba locamente enamorado de la princesa tebana, engañó a Sémele diciéndole que le pidiera a Zeus que se mostrara en su divina majestad. Obligado por la promesa hecha a Sémele de concederle sus deseos, Zeus se apareció ante la desdichada mujer en la plenitud de su gloria divina. Cuando ella se acercó a él, acabó carbonizada por los rayos de luz que el dios irradiaba pero cuando Dionisio creció, la rescató del Hades y la trasladó al Olimpo.
En su infancia, Dionisio fue cuidado y educado por los sátiros del bosque y, en especial, por un dios campestre llamado Sileno.

Sobre la crueldad de Hera, Eco
Era una ninfa de la montaña a quien Zeus convenció para que se dedicara a entretener con su charla a Hera, de tal forma que la celosa esposa del dios de dioses no pudiese dedicarse a espiar a sus amantes. Eco era sumamente elocuente y siempre desempeñó la labor encomendada sin problemas pero llegó un momento en que Hera terminó por hartarse de tanta conversación y castigó a Eco con un hechizo que le quitaba la voz, salvo para repetir la última palabra que oyese. Tiempo después, Eco se enamoró de Narciso y lo persiguió por todos lados: bosques, desiertos, mares o fuentes. Sin embargo, Eco no podía confesar su amor a Narciso, pero un día, cuando éste se apartó del camino con el que paseaba con sus amigos y se internó en el bosque, Narciso empezó a llamar diciendo "¿hay alguien aquí?" y Eco respondía "Aquí, aquí". Narciso contestó "Ven" y Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos diciendo "ven, ven". Narciso, a pesar de todo, al verla, se negó a aceptar su amor con cruel desdén. Eco, que se lamentaba de su desdicha, pero también de todos aquellos actos vergonzosos que había llevado a cabo en busca de la atención de Narciso, se escondió en la roca más profunda del bosque y allí se fue consumiendo hasta morir, aunque quedó su voz y sus huesos, que fueron transformados en peñascos, para más horror de su final. Otra versión radicalmente distinta afirma que Eco terminó convirtiéndose en un mero sonido por acción de Pan, que hizo que la despedazaran cuando ignoró el amor que éste sentía por ella.


Héroes:
Paris:
Es uno de los héroes mitológicos de historia más llena de bonitas aventuras. Es hijo de Príamo y Hécuba, reyes de Troya, probablemente uno de los más jóvenes entre los mucho que tuvieron. Cuando Hécuba esta encinta sueña que lleva en el vientre una antorcha encendida. Consultado el oráculo dice que esto significa que el niño será la causa de la destrucción de Troya. Para que el augurio no se cumpla, Príamo entrega el niño a un criado con la orden de hacerlo desaparecer. Hécuba evita que la orden se cumpla y le entrega el niño a unos pastores para que le cuiden lejos de la ciudad, en el monte Ida. Paris crece como pastor y se hace un hombre de bella presencia. Paris se casa con la ninfa Enone. Esta ninfa conoce las virtudes de las plantas y puede curar las enfermedades con ellas. Tienen un hijo. Se celebran las bodas de Tetis y Peleo. Están invitados todos los dioses menos la Discordia. Enfadada esta diosa irrumpe en la fiesta de bodas y arroja sobre la mesa una manzana de oro con esta inscripción: "Para la más bella". Hera, Atenea y Afrodita se disputan la manzana. Zeus hace comparecer a Paris y le pone de juez. Paris exige que las tres diosas se desnuden. Ellas acceden y tratan de sobornar a Paris. Hera le promete la riqueza y el poder, Atenea le promete la sabiduría y la virtud; y Afrodita le promete la mujer más bella de la tierra. Paris le da la manzana a Afrodita. Paris se presenta en juegos, en Troya, a competir con sus hermanos (que aún no le conocen) y les vence a todos. Hécuba lo reconoce y Príamo le admite en palacio porque han pasado treinta años y los oráculos que en treinta años no se cumplían dejaban de ser peligrosos. Príamo encarga a Paris que se traslade a Grecia y recupere a Hesione, hermana del rey, que había sido raptada y esta allí como esclava. Enone ruega a Paris que no emprenda el viaje. Paris no la escucha y marcha a Grecia. Enone se retira a la cumbre del monte Ida y allí vive solitaria desde entonces. En Esparta Paris conoce a Helena, esposa del rey Menelao, comprende que es la mujer que le prometió Afrodita y se la lleva a Troya. Los griegos se lanzan contra Troya para recuperar a Helena. Paris, en una acción de la guerra mata a Aquiles, el vencedor de Héctor, hermano de Paris. Filotectes hiere a Paris con una flecha envenenada, cuya herida es mortal de necesidad. Cuando Paris sabe que ha de morir, en vez de acordarse de Helena se acuerda de Enone, su primera mujer, y porque en ella ve su última esperanza de curación. Sus esclavos le suben penosamente hasta la cumbre del monte Ida, donde vive Enone. El encuentro entre los dos esposos ocurre al atardecer y esta lleno de ternura y emoción. Ella le dice que no le puede curar, y los pastores, antiguos compañeros de Paris, acuden a la cumbre del monte Ida a acompañarle en los últimos momentos. Paris muere al entrar la noche. Al amanecer, los pastores queman el cadáver. Enone se arroja a las llamas y muere con él, unidos los dos en último abrazo.
Jasón:
Hijo de un rey que fue destronado por su hermano, reclamó el trono cuando fue mayor pero su tío le puso como condición que consiguiera previamente el vellocino de oro( loa piel de un carnero sagrado) que pendía de uno de los árboles de un bosque muy lejano custodiado por un dragón. Jasón se hizo acompañar por un grupo de valientes, a los que se denomina Argonautas, para ir a por el vellocino, algo que consiguió aunque a su regreso su tío no cumplió su palabra.

Hércules:
Es el más fuerte y más famoso de todos los héroes. Es hijo de Zeus y Alcema, mujer de Anfitrión a la que Zeus sedujo adoptando los rasgos de su esposo. Apenas nacido, Hércules ahogó en su cama a dos serpientes enviadas por Hera contra él. Adolescente, se unió en una sola noche a las cincuenta hijas del rey Tespias. Más tarde, furioso mató a su mujer, Megara, y a sus hijos. Después pues de haberse purificado en Delfos, se fue a Tirinto, donde, ya fuera para expiar su crimen ya a consecuencia de un ardid de Hera y una temeraria promesa de Zeus, quedó sometido a Euristeo rey de Micenas. Por orden de este ejecutó los doce célebres trabajos:
Dio muerte al león de Nemea.
Dio muerte a la hidra de Lerna.
Dio muerte al jabalí de Erimanto.
Dio muerte a las aves de la laguna Estinfalia.
Dio muerte a la cierva delmonte Cerineo.
Limpió los establos de Augias.
Capturó el toro de Creta.
Domó los caballos de Diomedes.
Venció a las Amazonas.
Se apoderó de los rebaños de Gerión
Fue por las manzanas de oro del jardín de la Hespérides.
Capturó a Cerbero del fondo del infierno.
A estas aventuras se le unen muchas más, como la de su combate con Anteo, que recobraba las fuerzas cada vez que tocaba la tierra, y con el rey egipcio Busiris; su liberación de Prometeo el socorro que prestó a Atlas; su estancia junto a Onfalia reina de Lidia, quién le obligó a hilar a sus pies; la liberación de Hesíona, hija de Laomedonte; la lucha con el dios río Aqueloo etc. Finalmente murió por causa de una mujer; Heracles mató al centauro Neso, que quería robar a su esposa Dejanira, y esta victoria fue causa de su muerte. El héroe fue llevado al Olimpo en una nube, donde residió con los dioses, y estos le dan como última esposa a Hebe. Heracles parece ser una divinidad solar y luminosa, como Apolo. Su aspecto antropomórfico era el de un atleta de músculo-cuerpo, formidable apetito y cóleras violentas. Protector de los gimnastas y efebos, representaba para los filósofos la fuerza espiritual, que aceptaba de grado el sufrimiento en beneficio del bien: era, en suma, una especie de dios estoico.

Aquiles:
Hijo de Tetis y Peleo, rey de los mirmidones de Tesalía, es el héroe principal de los griegos en la guerra de Troya. su madre Tetis, para hacerle invulnerable, le sumerge en la laguna Estigia; al sumergirle le tiene cogido por el talón izquierdo que es el único sitio del cuerpo de Aquiles que continua siendo vulnerable. Aquiles, en la guerra de Troya, mata a Héctor, el heredero del trono. En su ultima batalla Aquiles, combatió junto a Memnón, rey de Etiopía. Muerto el rey, Aquiles dirigió a las fuerzas griegas hacia la murallas de Troya. Paris sale a combatir a Aquiles para vengar la muerte de su hermano Héctor, y dispara una flecha que dirigida por el dios Apolo hiere a Aquiles en el talón izquierdo y le mata. Tetis, madre de Aquiles, es una nereida y consigue para su hijo la inmortalidad en el Olimpo. Aquiles ha llegado a ser en todas las lenguas la personalidad del valor.

Perseo:
Es uno de los héroes mitológicos más antiguos. Y el tipo de héroe sin tacha que protegido por los dioses, triunfa siempre en todo. Hijo de Zeus y Danae hija de Acriseo, rey de Argos. Advertido de que sería matado por su nieto, Acriseo encerró a la madre y al niño en un cofre y los fundió en el mar. Ellos caminaban sin rumbo por la isla de Serifo donde fueron rescatados y donde Perseo maduró. Polidectes, rey de Serifo, siente amor por Danae, y temiendo que Perseo se valla a meter en sus planes, lo manda a obtener la cabeza de Meduza, un monstruo cuya mirada transforma los hombres en piedra. Ayudado por Hermes, Perseo tiene unos zapatos halados que lo llevan por el aire, una bolsa, un yelmo que lo hace invisible, una espada que nunca falla un golpe y un espejo mágico. Medusa que es una de las tres Gorgonas, es mortal. Perseo le corta la cabeza y de la sangre que brota del cuerpo de Medusa nace el caballo halado Pegaso, y de las gotas que caen de la cabeza sobre el mar nacen ramos de coral. Perseo guarda la cabeza en la bolsa y así le tapa los ojos. Monta a Pegaso y emprende el vuelo. En Africa pide hospitalidad a Atlas, que sostiene sobre sus hombros el firmamento. Atlas se la niega, Perseo le pone delante la cabeza de Medusa y le deja convertido en montaña de piedra. Vuela hasta Etiopía y allí acaece el mito de Perseo y Andrómeda, la bella hija de los reyes etíopes Cefeo y Casiopea. La reina es una belleza, presume de ser más hermosa que una diosa, y los dioses en castigo le mandan encadenar a una roca sobre el mar a la hija Andrómeda y a dejarla allí hasta que un monstruo marino vaya a desposarse con ella. Y entonces llega Perseo por el aire, montado en Pegaso. En las rocas del acantilado descubre a Andrómeda encadenada desnuda, la ama y se dispone a salvarla. Lucha con el monstruo marino y le mata. Despide después al caballo halado que a sido su cabalgadura durante la lucha y devuelve a Andrómeda a sus padres. Se casa con ella. Fineo, hermano del padre de Andrómeda acude a reclamar como esposa a su sobrina, que estaba comprometida con él. Le acompañan sus guerreros, Perseo gracias a los ojos de Medusa les convierte a todos en piedra. Perseo y Andrómeda se establecen en Serifo. Liberó a su madre de Polidectes, y transformó a el rey y sus seguidores en piedra. Descansando en Serifo le regala las sandalias a Hermes que desde entonces a usado el dios y a Atenea la cabeza de Medusa que desde entonces la diosa a llevado en su escudo. Perseo regresa a Grecia, cuando accidentalmente mata a su abuelo Acriseo con un disco, de esta manera cumpliéndose la profecía. En sus últimas andanzas, siempre acompañado por Andrómeda, funda el pueblo de los persas, que toman su nombre. Fue rey de Tirinto y fundó Micenas.


Agamenón:

Rey de Micenas y de Argos y uno de los héroes de la Ilíada. Es hijo de Atreo y él y su hermano Menelao, como hijos de Atreo son conocidos por los Atriadas, estirpe Trágica cuya leyenda ha servido de tema a muchos autores. Agamenón se casa con Clitemnestra, que estaba casada con Tántalo. Clitemnestra es hermana de Helena. Agamenón mata a Tántalo y al hijo de Tántalo y se casa con la viuda de su víctima. Agamenón y Clitemnestra tienen cuatro hijos y un hijo. De dos de las hijas Ifigencia y Electra, se hablará mucho. El hijo es Orestes, protagonista de trajedias. Paris ha raptado ha Helena, esposa de Menelao, y para vengar esta ofensa los griegos declaran la guerra a Troya (Paris es el hijo de rey de Troya. En Aulida, donde las naves griegas están detenidas por el mal tiempo, Agamenón sacrifica a su hija Ifigencia en desagravio a Artemisa. Clitemnestra nunca le perdonará este sacrificio. Ifigencia no muere, pues la misma Artemisa la sustituye a última hora por una cierva y se la lleva viva a Taurida. Destruida Troya, Agamenón se queda con Casandra, hija de Príamo y Hécuba, reyes de Troya. La hace su amante. Casandra es adivina y le predice que si regresa a su patria le matarán. El no le hace caso y regresa con los hijos que ha tenido con Casandra. Clitemnestra tiene por amante a Egisto. Entre ella y su amante matan a Agamenón, a Casandra y a los hijos de ambos. La tragedia de los Atridas continua con la muerte de Clitemnestra y Egisto a manos de Orestes, hijo de Agamenón y Clitemnestra.
Ulises:
Ulises es uno de los héroes más populares en la antigua Grecia. En realidad, su nombre griego es Odiseo. Ulises es el nombre que le dieron los latinos muy posteriormente. Ulises es un héroe popular cantado por los rapsodas. Es el héroe viajero por excelencia, cuyas aventuras se recuerdan por traducción oral. Es hijo de Laertes, rey de Itaca, una isla separada por un estrecho de la de Cefalonia. En la juventud de Ulises, cuando en Itaca todavía reina Laertes, les visita Eurito, que es un arquero consumado y que posee el arco más poderoso sobre la tierra, regalo de Apolo, fundido al calor del sol y fraguado en las aguas de los mares. Eurito regala el arco a Ulises, pues no ha encontrado a otro mozo que tenga la fuerza suficiente para manejarlo. Ulises esta casado con Penélope y tienen un hijo: Telémaco. Al principio Ulises rehusó ir a la guerra de Troya fingiendo locura sembrando en sus campos sal, pero los griegos colocaron a su hijo Telémaco en frente del arado y Ulises fue obligado a admitir su treta y unirse a los griegos. En la guerra de Troya, Ulises interviene más en acciones diplomáticas que en acciones guerreras. Destruida Troya, embarca para Itaca y entonces empieza su gran aventura, su largo viaje de diez años, tema de la Odisea. Al embarcar, Eolo, dios de los vientos, le da un odre de cuero donde están encerrados todos los vientos que podrían desviar la nave, y así solo queda libre el único viento favorable que le pueda llevar a Itaca. Pero los marineros creen que el odre esta lleno de vino, lo abren, los vientos escapan y se divierten zarandeando la nave de Ulises de un sitio a otro. Las aventuras del largo viaje de Ulises son bien conocidas: la forma como vence al cíclope Polifemo; su estancia en la isla de Circe, con la que tiene un hijo; los siete años que pasa en otra isla con la ninfa Calipso, con la que tiene dos hijos; la forma como consigue hacerse invulnerable al canto de las sirenas; su llegada a la isla de los Feacios y su encuentro con Nausica; y al fin su llegada a Itaca, su lucha con los pretendientes de Penélope y su encuentro final con ella con la que vuelve a reinar en la isla.

Hector:

Es el mayor de los hijos de Príamo y Hécuba, reyes de Troya, y esposo de Andrómaca y el más valeroso de los guerreros troyanos. Los oráculos han anunciado que mientras Héctor viva la ciudad no sucumbirá. Héctor como comandante de las fuerzas troyanas, mantuvo a raya a la armada griega por nueve años, hasta que sucedió que finalmente cuando Héctor forzaba a los griegos a regresar a sus naves, él mató a Patroclo, el amigo del alma de Aquiles. Aquiles que se había negado a combatir por enemistad con Agamenón, y ninguno de los otros guerreros griegos es capaz de hacer frente a Héctor, que les hace retroceder siempre y les persigue hasta sus naves. Entonces cuando Aquiles se entera de la muerte de Patroclo, la venganza de esta muerte decide a Aquiles a volver al combate. Héctor se despide de su mujer Andrómaca antes de salir al campo a luchar contra Aquiles. Esta escena de la despedida es uno de los pasajes más bellos de la Ilíada. En el combate Aquiles atraviesa a Héctor con la lanza. Héctor antes de morir predice a Aquiles que París le matará como así ocurre más tarde. Aquiles ata el cuerpo de Héctor a su carro y lo arrastra durante tres días alrededor de las murallas de la ciudad. Y al fin, a ruegos de Príamo le entrega el cadáver. Aquiles esta de acuerdo en brindarle al cadáver y declarar una tregua para permitir a los troyanos a honrar a Héctor con un adecuado entierro. En contraste al feroz y enajenado Aquiles, a Héctor se le describe como un devoto padre de familia y un guerrero caballeroso.

Patroclo:

Caudillo griego en la guerra de Troya, amigo del alma de Aquiles. En el décimo año de la guerra Aquiles retira sus tropas, los mirmidones, porque tiene una riña con Agamenón, el comandante de las fuerzas griegas. Sin Aquiles los griegos pierden muchos hombres contra los troyanos. Finalmente como los troyanos llegan a quemar los barcos griegos, Patroclo persuade a Aquiles para que lo deje dirigir a los mirmidones para rescatar a los griegos. Vestido de la armadura de Aquiles, Patroclo hace retirar a los troyanos hasta las murallas de su ciudad. Héctor en un episodio de la guerra, mata a Patroclo y éste, ya moribundo, le profetiza que morirá a manos de Aquiles. La muerte de Patroclo decide a Aquiles a volver al combate, se enfrenta con Héctor y le mata.

Teseo:

Es un rey fabuloso de Atenas, entre histórico y mitológico, convertido en el héroe nacional mitológico del Atica. En la juventud corre muchas aventuras y triunfa siempre por su fuerza y su valor. En una de sus aventuras en la isla de Creta, vence al Minotauro. Allí tiene amores con Ariadna, la hija de Minos, rey de Creta. Es la Ariadna que será después la esposa de Baco Teseo se lleva a Ariadna a un barco y con ella va Fedra, hermana pequeña de Ariadna, que será después esposa de Teseo. Ariadna, por orden de los dioses, es abandonada en una isla donde la encontrará Dionisios. Teseo es hijo del rey Egeo. Teseo había quedado con su padre que si regresaba victorioso de su aventura en Creta, la nave llevaría izada una bandera blanca y si había muerto una bandera negra En el barco, por una confusión, izan la bandera negra en vez de la blanca. Egeo esperaba todos los días sobre un promontorio; ve a lo lejos la bandera negra, cree que su hijo ha muerto y se arroja al mar, que en adelante llevará su nombre. Teseo reina en Atenas. Busca esposa, rapta a Helena, que sólo tiene diez años, no se casa todavía con ella por considerarla demasiado joven. Los dos hermanos de Helena, Castor y Polux, van a reclamarla y se la llevan. Teseo lucha contra las amazonas, las vence, se lleva a su reina Antíope y se casa con ella. De esta unión nace un hijo, Hipólito, que después se consagra a Artemisa. Las amazonas asaltan Atenas en busca de su reina y Antíope muere en la batalla. Teseo es uno de los pocos mortales que en una de sus aventuras, baja a los infiernos y consigue regresar. Ha bajado al infierno en busca de Perséfone para casarse con ella, no a conseguido llevársela, y de regreso a la tierra se acuerda de Fedra, la niña que tuvo en su nave, hermana de Ariadna, y la pide en matrimonio. Se casan, entonces Hipólito, el hijo de Teseo y Antíope, ya es un buen mozo. Durante una larga ausencia de Teseo se produce el encuentro de Fedra con Hipólito, con todo el mito de Fedra. Despues de la muerte de Fedra, Teseo ya viejo visita al rey de una isla, y este rey le lleva a una cumbre con la excusa de enseñarle sus dominios y allí le despeña.
LA RELIGIÓN ROMANA
En un principio la religión romana giró en torno a la idea de “numen” o fuerza divina. Esta divinidad carecía de representación humana y no necesitaba templo.
Destacó después la primera tríada: Júpiter, Marte y Quirino.
Los tres últimos reyes que gobernaron Roma fueron de origen etrusco, dejándose sentir su influencia también en el campo religioso. La religión etrusca ya había asimilado muchos elementos griegos, sobre todo el antropomorfismo. Se sustituye entonces la tríada de origen indoeuropeo por la formada por Júpiter, Juno y Minerva, conocida como capitolina.[5]
Con la conquista de la Magna Grecia en el s. III a.C., la influencia griega se intensificó y los dioses romanos acabaron por asimilarse a los griegos:
Los doce grandes dioses griegos/romanos
Nombre griego
Nombre latino
Elementos
Ideas que representan
Atributos
Zeus
Júpiter
el cielo y el aire
el poder
el águila, el cetro y el rayo
Hera
Juno
el cielo
el matrimonio
el pavo real
Poseidón
Neptuno
el mar
la cólera
el tridente
Apolo
Febo
el Sol
las artes, las letras y la música
el arco, la lira y el laurel
Démeter
Ceres
la Tierra
la fecundidad
la gavilla
Artemisa
Diana
la Luna
la caza, la castidad
el arco y el ciervo
Ares
Marte
el odio
la guerra
el casco y la lanza
Hermes
Mercurio
el ingenio
la actividad, el comercio
el petaso, el caduceo, las alas en los pies
Atenea
Minerva
la inteligencia
la sabiduría
el arco, la lira y el laurel
Afrodita
Venus
el amor
la belleza
la paloma
Hefestos
Vulcano
el fuego
la industria
el yunque y el martillo
Hestia
Vesta
el hogar
las virtudes domésticas
el fuego sagrado
En época imperial, además de instaurarse el culto al emperador, comenzaron a introducirse en Roma diversos cultos y religiones procedentes de Oriente ( Isis, Osiris...), entre los que cabe incluir el cristianismo.
El sacerdocio en Roma era un cargo vitalicio y de gran importancia política. Los pontífices tenían la autoridad suprema sobre el calendario religioso. Los augures eran los encargados de interpretar las señales de los dioses de varias maneras: observando el vuelo de las aves, interpretando las entrañas del animal sacrificado, los fenómenos metereológicos, los sueños, etc.
Mitología romana
Conjunto de creencias, rituales y otras prácticas concernientes al ámbito sobrenatural que sostenía o realizaba el antiguo pueblo romano desde el periodo legendario hasta que el cristianismo absorbió definitivamente las religiones del Imperio romano a principios de la edad media.
Las religiones primitivas romanas se modificaron tanto por la incorporación de nuevas creencias en épocas posteriores, como por la asimilación de gran parte de la mitología griega. Así pues, la religión romana se consolidó antes de que comenzase la tradición literaria, por lo tanto, los primeros escritores romanos que se ocuparon de ella desconocían sus orígenes en la mayor parte de los casos, tal como el polígrafo del siglo I a.C. Marco Terencio Varrón. Otros escritores, como el poeta Ovidio en sus Fastos, con una gran influencia de los modelos alejandrinos, incorporaron creencias griegas para llenar los vacíos de la tradición romana.
Dioses del pueblo romano
El ritual romano distingue claramente dos clases de dioses, los di indigetes y los di novensides o novensiles. Los indigetes eran los dioses nacionales protectores del Estado y los títulos de los primeros sacerdotes, así como las festividades fijas del calendario, indicaban sus nombres y naturaleza; treinta de esos dioses eran venerados en festivales especiales. Los novensides fueron divinidades posteriores cuyos cultos se introdujeron ya en el periodo histórico. Las primeras divinidades romanas incluían, además de los di indigetes, una serie de dioses, cada uno de los cuales protegía una actividad humana y cuyo nombre se invocaba cuando se ejecutaba dicha actividad, la cosecha, por ejemplo. Fragmentos de un viejo ritual que acompañaba actos tales como arar o sembrar revelan que en cada fase de la operación se invocaba una divinidad diferente, cuyo nombre derivaba regularmente del verbo correspondiente a la acción que se realizaba. Esas divinidades pueden agruparse bajo el término general de dioses auxiliares o subalternos, a quienes se invocaba junto con las divinidades mayores. El primitivo culto romano no era tanto politeísta como polidemonista: adoración a los seres invocados por sus nombres y funciones, y el numen o poder de cada divinidad se manifestaba de maneras muy especializadas.
El carácter de los indigetes y sus festivales muestran que el primitivo pueblo romano no era sólo una comunidad agrícola sino que también practicaba la lucha y la guerra. Los dioses representaban claramente las necesidades prácticas de la vida cotidiana, tales como las sentía la comunidad romana a la cual ellos pertenecían. Estaban escrupulosamente acordados los ritos y las ofrendas que se consideraban adecuadas. Así, por ejemplo, Jano y Vesta guardaban las puertas y el hogar, los lares protegían el campo y la casa, Pales, los ganados, Saturno, la siembra, Ceres, el crecimiento de los cereales, Pomona, los frutos, y Consus y Ops, las cosechas. Hasta el majestuoso Júpiter, el soberano de los dioses, era venerado por la ayuda que sus lluvias podían dar a las granjas y a los viñedos. En un sentido más amplio se le consideraba como el que tenía el poder sobre el rayo, era el encargado de regir la actividad humana y, dado su poder omnímodo, protegía a los romanos en sus actividades militares en las fronteras de su propia comunidad. En los primeros tiempos sobresalían los dioses Marte y Quirino, a menudo identificados entre sí. Marte era un dios protector de los jóvenes y de sus actividades, especialmente de la guerra; se lo honraba en marzo y en octubre. Los modernos investigadores piensan que Quirino era el patrono de la comunidad armada en tiempo de paz.
A la cabeza del panteón más antiguo estaba la tríada formada por Júpiter, Marte y Quirino (cuyos tres sacerdotes, o flamines, pertenecían a la jerarquía más alta), y Jano y Vesta. Estos dioses tenían en los primeros tiempos una individualidad poco definida, y sus historias personales carecían de bodas y genealogías. A diferencia de la mitología griega, no se consideraba que los dioses actuaran como los mortales, por lo que no existen muchos relatos de sus actividades. Este culto, más antiguo, se asociaba con Numa Pompilio, el segundo rey legendario de Roma, cuya consorte y consejera, según se creía, era la diosa romana de las fuentes y de los partos, Egeria. Sin embargo, se añadieron nuevos elementos en una fecha relativamente temprana. La leyenda asignaba a la casa real de los Tarquinos el establecimiento de la gran tríada capitolina: Júpiter, Juno y Minerva, quienes poseían el lugar supremo en la religión romana. Otras incorporaciones fueron el culto de Diana en el Monte Aventino y la introducción de los Libros Sibilinos, profecías sobre la historia del mundo que, según la leyenda, obtuvo Tarquino a finales del siglo VI a.C. de la Sibila de Cumas.
Inclusión de otras divinidades
La absorción de los dioses nativos de los países vecinos se produjo cuando Roma conquistó el territorio circundante. Los romanos solían dar a los dioses locales del territorio conquistado los mismos honores que a los suyos propios. En muchas ocasiones, se invitaba a las divinidades recién asimiladas a mudar su residencia a nuevos santuarios en Roma. Además, el crecimiento de la ciudad atrajo a los extranjeros, a quienes se les permitió continuar el culto de sus propios dioses. Junto con Cástor y Pólux, gracias a este proceso de asimilación cultural, parecen haber contribuido al panteón romano Diana, Minerva, Hércules, Venus, y otras divinidades de menor rango, algunas de las cuales eran romanas y otras procedían de Grecia. Las diosas y dioses romanos importantes acabaron identificándose con las diosas y dioses griegos más antropomorfos, cuyos atributos y mitos también se incorporaron.
Festividades religiosas
El calendario religioso romano reflejaba la hospitalidad de Roma ante los cultos y divinidades de los territorios conquistados. Originalmente eran pocas las festividades religiosas romanas. Algunas de las más antiguas sobrevivieron hasta finales del imperio pagano, preservando la memoria de la fertilidad y los ritos propiciatorios de un primitivo pueblo agrícola. Sin embargo se introdujeron nuevas festividades que señalaron la naturalización de los nuevos dioses. Llegaron a incorporarse tantas fiestas que los días festivos eran más numerosos que los de trabajo. Entre las festividades religiosas romanas más importantes figuraban las saturnales, las Lupercales, las Equiria y los Juegos Seculares.
Bajo el Imperio, las saturnales se celebraban durante siete días, del 17 al 23 de diciembre, durante el periodo en el que comienza el solsticio de invierno. Toda la actividad económica se suspendía, los esclavos quedaban transitoriamente libres, había intercambio de regalos y predominaba un ambiente de alegría. Las Lupercales era una antigua fiesta en la que originalmente se honraba a Luperco, un dios pastoril de los ítalos. La festividad se celebraba el 15 de febrero en la gruta del Lupercal en el monte Palatino, donde se suponía que una loba había amamantado a los legendarios fundadores de Roma, los gemelos Rómulo y Remo. Entre las leyendas romanas vinculadas con ellos se encuentra la de Fáustulo, el pastor que se suponía que había descubierto a los niños en la guarida de la loba y los había llevado a su casa, donde los crió su mujer Aca Larentia.
Las Equiria, festival en honor de Marte, se celebraba el 27 de febrero y el 14 de marzo, tradicionalmente la época del año en la que se preparaban nuevas campañas militares. En el Campo de Marte se hacían carreras de caballos que definían claramente la celebración.
Los Juegos Seculares, que incluían tanto espectáculos atléticos como sacrificios, se realizaban a intervalos regulares, tradicionalmente sólo una vez en cada saeculum, o siglo, para señalar el comienzo de uno nuevo. La tradición, no obstante, no siempre se respetaba.
Templos romanos
La arquitectura de los templos romanos, así como su número total, también refleja la receptividad de la ciudad a todas las religiones del mundo conocido. El templo de Isis y Serapis en el Campo de Marte, construido con estilo y materiales egipcios para albergar el culto helenizado de la deidad egipcia Isis, es representativo de la heterogeneidad de los monumentos religiosos romanos. Los templos de Roma más dignos de mención eran el templo de Júpiter Capitolino y el Panteón. El templo de Júpiter Capitolino, en el monte Capitolino, estaba dedicado en el 509 a.C. a Júpiter, Juno y Minerva. Construido originalmente en estilo etrusco, fue reconstruido o restaurado varias veces bajo el imperio y destruido finalmente por los vándalos en el 455 d.C. El Panteón fue construido desde el 117 al 138 d.C. por el emperador Adriano y dedicado a todos los dioses; este edificio reemplazaba a un templo más pequeño que había construido Marco Agripa. El Panteón se convirtió en iglesia cristiana en el 607 es ahora un monumento nacional italiano.

Decadencia de la religión romana
La traslación de las cualidades antropomórficas de los dioses griegos a la religión romana y, tal vez aún más, el predominio de la filosofía griega entre los romanos cultos, produjo su desinterés cada vez mayor por los viejos ritos, hasta tal punto que en el siglo I a.C. los oficios sacerdotales antiguos prácticamente desaparecieron. Muchos hombres cuyo origen patricio los habilitaba para estas tareas no creían en los ritos, y si los practicaban era por interés político, y la masa del pueblo inculto fue aceptando cada vez más los ritos extranjeros. Sin embargo, los cargos de pontífice y de augur siguieron siendo cargos políticos codiciados.
El emperador Augusto emprendió una completa reforma y restauración del antiguo sistema, y él mismo llegó a ser miembro de todas las órdenes sacerdotales. Aunque los primeros rituales habían tenido poco que ver con la moralidad —entendida como una relación práctica con poderes ocultos en la que los individuos servían a los dioses y recibían a cambio seguridad—, sí produjeron una disciplina piadosa y religiosa y, por tanto, Augusto los consideró una salvaguarda contra cualquier desorden interno. Durante este periodo, la leyenda de la fundación de Roma por el héroe troyano Eneas cobró una gran fuerza gracias a la publicación de la Eneida por Virgilio.
A pesar de las reformas instituidas por Augusto, la religión romana en el Imperio tendió cada vez más a centrarse en la Casa imperial y, en consecuencia, los emperadores fueron divinizados después de su muerte. Esta divinización había comenzado incluso antes del establecimiento del imperio con Julio César. Los emperadores Augusto, Claudio, Vespasiano y Tito también fueron divinizados y, después del reinado (96-98 d.C.) de Marco Coceyo Nerva, muy pocos emperadores no recibieron esa distinción.
Durante el Imperio se hicieron populares y se extendieron mucho numerosos cultos extranjeros, tales como el de la diosa egipcia Isis y el del dios persa Mitra, que en algunos aspectos era similar al cristianismo. A pesar de las persecuciones que se extendieron desde el reinado de Nerón hasta el de Diocleciano, el cristianismo fue ganando adeptos y se convirtió en una religión oficialmente tolerada en Roma bajo Constantino el Grande, quien gobernó como único emperador desde 324 hasta 337. Todos los cultos paganos se prohibieron en 392 por un edicto del emperador Teodosio I.

viernes, 25 de julio de 2008

Midgard




Miþkarþi en nórdico antiguo à Miðgarði significa "en Midgard", en la piedra rúnica Sö 56 de Södermanland, Suecia.
a:miþkarþi en nórdico antiguo à Miðgarði significa "en Midgard", en la piedra rúnica Sö 56 de Södermanland, Suecia.

En la mitología nórdica, el Midgard (en nórdico antiguo Miðgarðr) es el mundo de los hombres creado por los dioses Odín y sus hermanos, Vili y Ve tras el combate con el gigante primigenio Ymir. La etimología del nombre deriva de mið/mid ("medio, centro") y garðr/gard ("asentamiento, residencia rural"). El vocablo nórdico garðr se relaciona a dos palabras escandinavas modernas: gård ("patio", "granja", "residencia rural aislada", cf. "yard" en inglés) y gärd ("corral", "campo cultivado rodeado por valla o cerco"). En ese sentido, Midgard representa la tierra asentada por los hombres, un "asentamiento/residencia en el centro del mundo conocido", de allí el término común de "Tierra del Medio".

Tras la batalla, Odín y sus hermanos Vili y Ve tomaron el cadáver del gigante Ymir y lo llevaron al gran abismo para comenzar la creación de un mundo habitable. Así, con su piel crearon la tierra, con su sangre y sudor los océanos, con sus huesos las rocas y las montañas, con su vello la vegetación, con sus dientes los acantilados, donde también colocaron las cejas del gigante para hacer de frontera con el mar. Para concluir la obra los Dioses pensaron cerrar este mundo con la bóveda craneana del derrotado encargando a cuatro enanos su sujeción. Estos se llamaban Norðri, Suðri, Austri y Vestri y simbolizaban los cuatro puntos cardinales. Al colocar la bóveda del cielo con el cráneo del vencido, sus sesos se esparcieron por el aire dando lugar a las nubes.

Sin embargo, aún este nuevo territorio estaba oscuro, así que los dioses decidieron ir a Muspelheim para robar las centellas de la espada de Surtr. Con las dos más grandes crearon el Sol y la Luna y con el resto las estrellas. El Sol y la Luna fueron colocadas sobre dos carros que girarían sin parar sobre Midgard, turnándose en el firmamento para crear el día y la noche. Para mantener vivo el giro perpetuo de las carrozas hicieron que los lobos Skoll y Hati las persiguieran, tratando de alcanzarlas sin conseguirlo, salvo en ocasiones excepcionales, cuando se producen los eclipses. Los dos lobos simbolizaban la "repulsión" y el "odio" respectivamente. La carroza del sol era tirada por el blanco corcel Skin, que con su trotar producía la brillante luz del día, mientras que el otro carruaje era tirado por Hrim, caballo negro que a su paso producía el rocío y las escarcha.

Una vez que los dioses contemplaron su obra, tan solo añadieron las estaciones de invierno y verano y pensaron que estaba lista para recibir a los primeros humanos.